jueves, 3 de mayo de 2012

La élite se refugia bajo tierra.

A pesar de todas las cosas que están aconteciendo en el mundo en materia política, económica, social y militar, todos ya estamos inmersos en el año 2012. Con mayor o menor razón y de mano de todas las teorías que predicen las más increíbles y variadas catástrofes, desde una Tercera Guerra Mundial, una posible invasión extraterrestre, o el choque de un meteorito.
Entre muchas otras predicciones apocalípticas, lo cierto es que un puñado de personas en el mundo ya se ha preparado sobrevivir a cualquier evento caótico. Lo han hecho en el anonimato y han querido que quede así, pero no han podido evitar que algunos de sus preparativos se filtren a la opinión pública. Son personas con mucho dinero y poder y en sus planes no está el del bienestar común.

Estos selectos grupos se preparan para sobrevivir en búnkeres, bases subterráneas y/o ciudades bajo tierra. ¿Pero es posible prepararse para las catástrofes que puedan ocurrir en el presente año? El siguiente artículo duda de ello y presenta argumentos a partir de información actual.

Las bases militares subterráneas en el mundo


Aunque es un tema poco conocido, no es un secreto que muchos adinerados y poderosos se preparan para afrontar algún tipo de evento inusual y de consecuencias catastróficas. Diversas fuentes entregan pruebas que delatan la construcción de inmensas bases subterráneas por todo el mundo, así como la edificación de búnkeres privados para magnates con un costo inicial de 50 mil dólares.

El investigador estadounidense Richard Sauder escribió el libro “Underground bases and tunnels” (‘Bases y túneles subterráneos’), en el que revela documentos, esquemas arquitectónicos, ilustraciones y fotografías obtenidas de empresas contratistas y de fuentes gubernamentales que muestran enormes bases subterráneas diseminadas por todo el territorio estadounidense y que estarían bajo control de las Fuerzas Armadas de ese país.

También se recopilan los testimonios de personas que trabajaron en esos proyectos. Pero, ¿se trata solo de bases militares o en verdad son algo así como un ‘Arca de Noé’ para privilegiados? Una respuesta puede obtenerse en la interesante investigación del actor, comentarista y exgobernador del estado de Minnesota, Jesse Ventura. Ventura logra entrevistarse con personas claves que le advierten de una supuesta instalación militar subterránea emplazada bajo el aeropuerto internacional AID, de la ciudad de Denver, Colorado.

Ya existían datos e investigaciones anteriores que sugerían que en realidad el aeropuerto es un refugio para funcionarios del gobierno de Washington en caso de algún tipo de crisis. Algunos antecedentes que alertan sobre su verdadera finalidad serían su alto presupuesto para su desarrollo y construcción, que excedió ampliamente lo normal. El aeropuerto se encuentra en medio de la nada, en pleno desierto y a 25 millas o 45 kilómetros de la ciudad de Denver;la cantidad de tierra que se removió del lugar fue equivalente a la masa de tierra extraída en la construcción del canal de Panamá, y tal vez el dato más significativo es que el emplazamiento aéreo fue construido sobre una gran planicie que se eleva a 1.655 metros por sobre el nivel del mar, alejado de cadenas montañosas, fallas tectónicas y océanos, convirtiéndolo en un sitio ideal para resistir algún tipo de embate natural.

Sin duda son datos que a la hora de estudiarlos fríamente no calzan, a menos que… Pero aún más extraño son los murales alusivos al fin del mundo y su destrucción por fuego que adornan el interior del aeropuerto, además de las inscripciones masónicas que hablan de un “nuevo aeropuerto de la comisión mundial”… [?] Estas serían pruebas irrefutables de cómo la elite pretende perpetuarse en el poder y escapar al cataclismo que se produciría a fines del presente año. Lo que resulta curioso es que el presidente Obama visitó Denver el pasado 27 de septiembre de 2011, fecha en la que se vaticinaba algún tipo de catástrofe mundial como la caída del cometa Elenin o un mega terremoto. Se especulaba que Obama en realidad se habría preparado para tal evento visitando el inmenso búnker en esa ciudad por expresa recomendación de los servicios de inteligencia.
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Los búnkers o instalaciones de supervivencia subterránea estarían interconectadas a través de líneas de ferrocarril de alta velocidad que operan con levitación magnética, como lo hacen actualmente los trenes de varios países industrializados. Pero las bases subterráneas no son exclusivas de Estados Unidos. Otras bases o refugios se preparan en en países como Suecia, Rusia, China, Israel, Noruega, Chile y alguna parte no especificada de África. ¿Acaso resulta tan difícil de creer que estos gobiernos no poseen la tecnología suficiente como para excavar la tierra con gran facilidad y proyectar líneas de trenes ultra rápidos?

Tal vez esta información te haga pensar diferente. El 11 de julio de 1972, en el matutino Times de la ciudad de Los Ángeles, California, el físico principal de la corporación RAND dijo que el gobierno estadounidense en esa fecha tenía la tecnología para excavar túneles a través de toda la nación con el fin de instalar vías de trenes magnéticos capaces de moverse de 16 a 23 mil kilómetros por hora. Esto no es ciencia ficción. Las patentes estadounidenses de los laboratorios nacionales de los “Álamos” se refieren a máquinas excavadoras termonucleares que derriten la roca, cual mantequilla sometida al calor de una llama, en verdad existen y las pueden ver aquí abajo.



Según el ex ingeniero estructural Philip Schneider, que trabajó para la milicia estadounidense, gran parte del Producto Interno Bruto de Estados Unidos se ha destinano a la construcción y manutención durante más de 40 años de 129 bases esparcidas por todo el territorio estadounidense, hechas a espaldas de la opinión pública y política de ese país. Según la hipótesis de su exesposa Cynthia Drayer, Schneider habría comenzado a difundir todo lo que sabía de las instalaciones subterráneas del gobierno tras la muerte de su amigo cercano Ron Rummel, coautor de la revista llamada “The Alien Digest”. Schneider trabajo en la base subterránea de Dulce, Nuevo México. De acuerdo con su testimonio así como el de lugareños que fueron abducidos, el gobierno estadounidense administra un enorme complejo subterráneo a mucha profundidad en conjunto con seres extraterrestres.

La base cuenta con todo tipo de instalaciones de supervivencia, niveles para experimentación humana y alienígena, además de varias conexiones ferroviarias de alta velocidad con otras bases. Sin embargo y al poco de que Schneider comenzara a hacer pública la información que poseía, decide “suicidarse” el 17 de enero de 1996. Así dice al menos el parte policial, lo que es rechazado categóricamente por los más allegados al ingeniero. Su testimonio es impactante, aunque también puede ser un complejo plan de desinformación.
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