La Justicia de Dios

La Justicia de Dios es una de las mas grandes y maravillosas obras que nuestro Señor Jesucristo efectuó al morir por nosotros en la cruz del calvario.
La Justicia de Dios se manifiesta en nuestras vidas cuando recibimos a Jesús como nuestro Señor y Salvador.
Cuando Jesús muere y me quita todos los pecados, eso solo me deja en una posición neutral en relación a Dios. El solo hecho de ya tener los pecados perdonados, no me hace aceptable ante los ojos del Padre. Para poder ser aceptable necesito mas que el perdón de pecados, necesito la adición de la Justicia de Cristo.
Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios. (2Corintios 5:21)
Por causa de la Propiciación que hizo Jesucristo, Dios esta ahora en libertad de declarar “Justo”  de manera instantánea e irrevocable a cualquier persona que ponga su fe en Cristo como su Salvador personal. Dios declara que esa persona es justa delante de él, como es justo su Hijo Jesucristo.
Es muy importante entender muy bien el significado de “Justificar” pues existe una gran diferencia entre “Ser declarado justo” por Dios y “Llegar a ser realmente justo” en la conducta diaria.
Ser Justificado ocurre instantáneamente al momento en que uno cree en Jesucristo. Él jamás podrá volver a ver al creyente en Jesucristo de algún modo que no sea a través de su Justicia.
La justificación por medio de la fe en la vida del creyente es increíble. Existen 3 grandes beneficios de la Justicia de Dios:
1. PAZ CON DIOS:
Es de vital importancia que de una vez y para siempre establezcamos definitivamente en nuestras mentes el hecho QUE HEMOS SIDO JUSTIFICADOS ANTE LOS OJOS DE DIOS. Si no tenemos claro esto es muy difícil que estemos en paz con Dios.
Desde el momento en que somos Justos no hay nada que quebrante esa paz con Dios.
En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. (Romanos 1)
2. FIRMES EN LA GRACIA:
Gracia: “Aquello que Dios propuso darnos gratuitamente sin merecerlo y sin ningún merito humano.”
Dios no puede tratarnos de ninguna otra forma que no sea por Gracia porque siempre seremos pecadores. Mas sin embargo por medio de la fe y la justificación tenemos acceso directo a está Gracia.
También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. (Romanos 5:2)
3. YA NO HAY CONDENACIÓN:
El concepto de la “Condenación” tiene dos aspectos importantes:
1. Un hecho verídico es que  cuando una persona cree en el perdón total de pecados de Jesucristo a través de su sangre ya no esta condenada, sino esta, está condenada a una separación eterna de Dios en un lugar llamado Infierno.
Ciertamente les aseguro que el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna y no será juzgado, sino que ha pasado de la muerte a la vida. (Juan 5:24)
2. Las personas que no aceptan y rechazan el evangelio y la verdad de Dios de creer en Jesucristo como su Salvador son condenadas por medio de La Ley de Dios, por su conciencia y por el Mismo Dios.
Por tanto, nadie será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado. (Romanos 3:20)
Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó.
Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados; pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús. (Romanos 3:23-26)
Ya no podemos ser sometidos a un Juicio, ni a una segunda pena por el mismo delito (pecado) cuando  confiamos en Jesucristo.
La justicia de Dios
Véalo de esta manera: Imagínese que usted esta preso por un sin fin de delitos y ya el Juez (El Padre) le puso su condenación en el juzgado que es la “Pena de Muerte”. Pero que en eso viene su Abogado Jesucristo y paga por su condenación, sin usted merecerlo dando una enorme fianza (en este caso su sangre) solo para que usted tenga libertad. ¡Increíble no!
Dios ya condeno a Jesucristo en nuestro lugar por todo pecado que hemos cometido y que vamos a cometer alguna vez, en la Cruz. Por eso Dios ya no nos puede condenar, ni condenará  jamás al que recibe a Jesucristo como su Salvador personal.
Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarlos a ustedes a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida. (1Pedro 3:18)

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