jueves, 10 de mayo de 2012

Falta determinar el día y la hora del ataque

El repentino cambio de timón gubernamental, no solamente da mucho que hablar sobre el hecho en sí mismo, sino que abrió las puertas -nunca demasiado cerradas- a una serie de especulaciones acerca de su estrecho vínculo con un probable ataque a las instalaciones nucleares de Irán.
“En realidad el ingreso de Shaul Mofaz, ex comandante en jefe del Ejército, al Gobierno, asegura los votos en el Gabinete Ministerial de Seguridad para un operativo de largo alcance”, afirmó un analista “entendido”. A partir de allí aparecieron en medios de prensa, israelíes y extranjeros, versiones en las que solo falta establecer la hora y el día del operativo.
En la historia de Israel de las últimas décadas nunca se habló, analizó, pronosticó ni se dijo tantas necedades como en lo que tiene directa relación con este tema.
Como si fuera la planificación de la participación de la selección de fútbol en las eliminatorias para el Mundial de Brasil, comentaristas de diverso pelo y categoría se lanzaron, cada uno desde su plataforma al agua pesada de los reactores nucleares. Seguramente piensan que embocar la bomba en el sitio preciso de la planta nuclear
tan visitada por Mahmud Ahmedinejad y sus secuaces, es parecido a introducir la pelota en el arco de Brasil en la final.
Hablando en serio, la obtención de armas nucleares por Irán es una desgracia que pagará caro no solamente Israel sino el mundo entero. Los vecinos árabes de los ayatollas sentirán la amenaza concreta de un vecino chiíta y los líderes europeos, que están en la zona de alcance de los misiles iraníes deberán cambiar por completo sus planes de defensa estratégicos.
Un ataque israelí, estadounidense o de quien sea, generará otras serie de problemas y ni hablar de una oleada terrorista de gran escala apoyada por los pacifistas de Teherán.
Oriente Medio es la región del mundo donde cualquier cosa puede pasar en cualquier momento pero eso no quiere decir que es posible tomar determinaciones apresuradas que ponen en severo peligro la propia existencia de Israel y sus vecinos.
Es por eso que lo mejor sería que nuestros gobernantes, se ocupen de este asunto guardando la debida reserva, sin alimentar con sus declaraciones fantasiosas, los artículos que detallan con qué aviones, cómo y dónde serán los ataques

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