martes, 26 de junio de 2012

Los judíos tuvieron – y siguen teniendo – una presencia y una profunda conexión con la tierra de Israel y con su capital Jerusalén.








Cualquiera que lea la Biblia o cualquier libro de historia confiable sabrá que los judíos tuvieron – y siguen teniendo – una presencia y una profunda conexión con la tierra de Israel y con su capital Jerusalén. Hubo períodos en la historia en que la mayoría de los judíos fueron expulsados de su tierra patria pero, a pesar de eso, siempre hubo comunidades judías viviendo en la Tierra Santa.

En la actualidad, una gran cantidad de los judíos que viven en Israel son judíos refugiados de tierras árabes que fueron bienvenidos por sus hermanos en Israel y se convirtieron en ciudadanos productivos.

Después de la conquista romana de Israel y la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén hace 2.000 años, los romanos renombraron la tierra de Israel y la llamaron "Palestina", en honor a los extintos enemigos de los judíos, los filisteos. Los romanos también renombraron la ciudad de Jerusalén, llamándola "Aelia Capitolina". Este doble cambio de nombre tuvo la intención de desconectar a los judíos de su tierra patria.

Vemos entones que los "palestinos" originales fueron los judíos. De hecho, durante toda la historia desde la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén hasta muy recientemente, los judíos siempre fueron los asociados con la tierra de Palestina.

Durante unos 400 años, previo al restablecimiento del moderno Estado de Israel, una gran área del Medio Oriente estaba controlada por el Imperio Otomano.

Después de la derrota de los otomanos a manos de los británicos, los franceses y sus aliados durante la Primera Guerra Mundial, este inmenso territorio fue dividido en países más pequeños.

En 1917, Gran Bretaña y otras naciones reconocieron de nuevo la conexión del pueblo judío con su tierra ancestral, y se firmó la Declaración Balfour designando una pequeña porción de tierra del ruinoso Imperio Otomano para los judíos. El resto de la extensa tierra fue designada para crear países árabes incluyendo a Turquía, Líbano, Siria, Irak, Arabia Saudita y otros.

Los británicos crearon el nuevo estado de Transjordania (después Jordania) sobre alrededor del 80% de la tierra designada para los judíos, violando los términos de su mandato posterior a la Primera Guerra Mundial. Ellos apuntaban a resolver el conflicto entre la familia Hachemita y la familia Ibn Saud en Arabia Saudita – y los judíos pagaron un alto precio, perdiendo una gran porción de su tierra patria.

Durante todo este período no hubo ninguna mención de un pueblo árabe palestino como una entidad independiente. Nunca tuvieron un estado independiente con el nombre Palestina, nunca controlaron la ciudad de Jerusalén en ningún momento de la historia, y nunca afirmaron ser una nación separada de sus hermanos árabes.

La Ciudad Vieja de Jerusalén tuvo mayoría judía desde 1850. El único período en la historia reciente en que no hubo judíos viviendo en Jerusalén fue entre 1948 y 1967, seguido a la guerra árabe de agresión en contra de Israel, los jordanos expulsaron a todos los judíos que sobrevivieron la guerra y destruyeron su infraestructura, incluyendo sus centros de culto. En violación del Tratado de Armisticio, los judíos no tenían permitido visitar el sagrado Muro de los Lamentos.

Respecto al 20% restante de la tierra destinada a los judíos, en 1936 la Liga de las Naciones sugirió una partición de ella entre los judíos y sus vecinos árabes. Los judíos estaban dispuestos a aceptar la idea, pero los árabes la rechazaron y no se pudo materializar.

Nace un Estado

En 1948, cuando la ONU votó para crear un estado judío y uno árabe en ese 20% remanente de la tierra, los judíos aceptaron pero los árabes rechazaron nuevamente la idea.

En esta ocasión, la declaración no fue solamente un rechazo diplomático. En el mismo día de la declaración del Estado de Israel, siete naciones árabes invadieron el pequeño y renaciente Estado de Israel en un claro intento de aniquilación.

Después de la guerra de 1948, Jordania controló la ribera occidental del río Jordán, y Egipto la Franja de Gaza. No hubo ninguna demanda o intento de crear un nuevo Estado Palestino en esos territorios.

En 1967, Egipto, Siria y Jordania iniciaron otro intento para liquidar al Estado de Israel. Comenzaron bloqueando el acceso marítimo a la sureña ciudad de Eilat, incrementando la actividad terrorista en contra de Israel, expulsando a los observadores de la ONU de la frontera entre Israel y Egipto y desplegando un ejército de invasión en las fronteras israelíes. Israel le imploró a la comunidad internacional que frenara esa locura, pero no se hizo nada para abolir la agresión árabe. En contra de todas las posibilidades, Israel se las ingenió para superar a estos ejércitos enemigos en seis días.

Las fronteras de 1967 nunca fueron consideradas "fronteras reconocidas internacionalmente", sino "fronteras de armisticio”, difíciles de defender. Por lo tanto, la última palabra del tratado de armisticio fue que las fronteras definitivas serian negociadas posteriormente teniendo en cuenta las necesidades de seguridad de Israel.

A pesar de haber ganado la guerra de 1967, Israel ofreció aceptar casi todas las exigencias árabes.

Israel ofreció negociar la paz en 1967, pero recibió una triple negación de la cumbre árabe en Khartoum: "No a la paz, no a la negociación y no al reconocimiento del Estado Judío".

A pesar de haber ganado la guerra de 1967, Israel ofreció aceptar casi todas las exigencias árabes. Después de los acuerdos de Oslo de 1993, se les hizo a los palestinos una nueva y generosa oferta para la creación de su estado en el año 2000 – sólo para ser rechazada por Arafat y sus compinches, como lo confirmó el Presidente Clinton y su enviado Dennis Ross.

Hasta ahora, muchos árabes se rehúsan a negociar la paz con Israel, continuando con la incitación, la desinformación y el terrorismo, sin abandonar su esperanza de liquidar a Israel en etapas.

Una táctica utilizada para deslegitimar a Israel es mostrar un mapa de un "estado palestino achicado". Sin embargo, ¡ese estado nunca existió en la historia de las naciones y por lo tanto no se puede achicar! Israel ofreció crear un nuevo Estado Árabe Palestino en una parte de la tierra patria ancestral judía, a pesar del hecho de que Israel quedó mucho más chico después de la declaración Balfour. Esta oferta fue hecha con la esperanza de alcanzar una resolución pacífica y un futuro mejor para todos en la región. Desafortunadamente, Israel no tiene un socio serio para la paz en el lado palestino (nota que Jordania y Egipto no hicieron una oferta tan generosa cuando controlaron esta misma tierra desde 1948 hasta 1967).

¿Cuál es la situación legal de los territorios? La tierra de Cisjordania, llamada históricamente Judea y Samaria, es un remanente no asignado del Imperio Otomano y del Mandato Británico, que legalmente obliga al Estado de Israel a administrarlo. Nunca ha habido una limitación legal para la gente que vive allí en asentamientos, ya sean judíos, cristianos o musulmanes.

El muro de separación nunca hubiese sido construido de no ser por la terrible realidad de los atentados suicidas en contra de inocentes israelíes.

Las condiciones de la población árabe local en estos territorios han mejorado tremendamente bajo el control israelí, en comparación al control jordano previo a 1967. Los árabes locales tienen un mejor sistema de salud, más libertad para educar a sus hijos como prefieran, un mayor crecimiento económico y más libertad individual en comparación a muchos de los otros países árabes de la región.

Y si bien muchos condenan abiertamente al “muro”, la verdad es que el muro nunca hubiese sido construido de no ser por la terrible realidad de los atentados suicidas en contra de inocentes israelíes. Después de negociaciones honestas y productivas, las fronteras finales pueden ser determinadas independientemente de la ubicación de este muro de seguridad, que esperemos que no sea necesario.

Derechos Humanos

El Estado de Israel está obligado a proteger a todos sus ciudadanos – judíos, cristianos y musulmanes por igual. El gobierno está obligado a tomar acciones defensivas de vez en cuando. Israel realiza serios esfuerzos para evitar bajas no intencionadas, y los resultados son mucho mejores que situaciones similares en otros países del mundo. Pero por alguna razón los habilidosos propagandistas sinvergüenzas exageran mucho toda acción israelí.

Ciertamente, el tema de los derechos humanos en Israel es mucho mejor que el de los países árabes circundantes. Por desgracia, esto también ha sido manipulado con malicia.

Una revisión analítica de los hechos indica que este conflicto no es sobre tierra, porque Israel tiene una minúscula porción de tierra en comparación a sus vecinos, sino que parece ser que el conflicto está relacionado con la guerra mundial de religiones que está atacando a sus oponentes de manera sistemática. Israel es sólo una pequeña pieza del rompecabezas. La esperanza de los extremistas es que una vez que sea liquidado Israel continuarán con su misión en Europa, en EEUU ("El Gran Satán") y en todos lados, todo para establecer un califato mundial que será dominado por la Ley Sharia. Algunos miembros de otras religiones tendrán permitido sobrevivir bajo el régimen del califato como dhimies – ciudadanos de segunda clase que sirven a los creyentes en Alá.

Y no sólo eso, sino que el escenario es mucho más complejo, dada la continua guerra en el mundo musulmán entre los radicales y los moderados, entre las varias fracciones de los grupos Shiitas y Sunitas, y entre otros. Fíjate en el conflicto en Siria, el conflicto entre Irán y Arabia Saudita, el conflicto dentro de Irak, el conflicto entre los turcos y los kurdos, etc.

Israel provee un gran apoyo humanitario a la gente en Gaza.

Gran parte de la retórica de demonización en contra de Israel se enfoca en la llamada “crisis humanitaria en Gaza”. En realidad, Israel provee un gran apoyo humanitario a la gente en Gaza. Esto incluye comida, salud e incluso infraestructura (siempre y cuando esto no les brinde herramientas a los terroristas para hacer llover misiles sobre mujeres y niños israelíes inocentes). Sólo por mencionar dos ejemplos, incluso el cuñado del líder de Hamás viajó a Israel para recibir tratamiento médico, y los veterinarios árabes palestinos recibieron vacunas para sus vacas de las autoridades israelíes de salud.

Describir todo lo que hace Israel para beneficiar a sus vecinos y a todo el mundo tomaría miles de páginas. Pero, por alguna razón, la prensa hace reportes muy selectivos y no publica estas noticias. Nosotros deberíamos apreciar lo bueno y criticar lo malo con el mismo criterio que utilizamos para juzgar a cualquier otro país del mundo, y no deberíamos separar al responsable y altruista Estado de Israel para la dura condena.

Una vez que juzgamos al Estado de Israel de acuerdo a sus propios méritos, podemos ver a una nación que está haciendo inmensos aportes en investigación y desarrollo, en ayuda humanitaria, en innovación y originalidad, en ayudar a ciudadanos de todas las religiones y en ayudar a personas de todo el mundo. Cuando hubo desastres naturales, Israel envió ayuda a Turquía, Haití, Japón y muchas otras naciones.

Israel debería ser alabado – no condenado – por sus esfuerzos.

Los insto a reflexionar sobre los hechos objetivos, sin rencores políticos y diplomáticos. Los remito a un grupo de mapas (material en inglés) que muestran la evolución de Medio Oriente, a 25 breves respuestas a preguntas difíciles sobre Israel (material en inglés), y a una cartilla de información llamada "Israel".

Fuente: Aishlatino.com

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