jueves, 15 de marzo de 2012

ALINEACIÓN DEL 2012 .



En otras
fechas, otros años, se esperaron alineaciones planetarias que mantuvieron en
vilo a la población, al menos , esa parte de la población que todavía le urge
saber respuestas del cielo y la tierra.

Finalmente, como sabemos, no pasó
nada. Fueron alineaciones de planetas que , según algunos estudiosos, nos
indicaban que el Fin de los Tiempos se produciría.

Se basaban en libros
antiguos, códices perdidos, y mayormente profetas. Pero, insistimos, todavía
estamos aquí.

Ahora bien, ¿ qué pasará entonces en 2012 con los planetas
y las alineaciones?. Sucederá algo que desde hace muchisimos siglos no había
sucedido. Hay quien dice que desde hace 11 mil y pico de años no sucedía. Fecha
que nos retrotrae a la pasada Edad de Hielo. Está alineación la señalaron los
Mayas, dijeron que el centro de la galaxia estaría tapado por el
sol.

Muchos se han bajado el programa de Starry Night 5 y lo han
visualizado como ahora incluimos en esta imagen.

De Astro Sur, Bariloche,
nos cuentan: “Motivado por un comentario dejado por un visitante en el post
anterior sobre la Inversión de los Polos magnéticos de la Tierra, me metí en mi
programa de astronomía para ver la disposición del cielo para entonces, pidiendo
que el programa me muestre las guías galácticas de la Vía Láctea, Meridiano y
Ecuador Galácticos, y esta es la imagen que obtuve para el 21 de Diciembre de
2012 a las 10:17 de la mañana:

Se pude ver una importante alineación
planetaria de Marte, Plutón, Sol, Mercurio, Venus y Saturno sobre la Eclíptica,
y el Sol ubicado justo encima del Ecuador Galáctico alineado casi con el centro
de la Galaxia, se ve en la foto como una nebulosa blanquecina.”

Esto es
lo que sucederá en 2012. Coincidentemente con las profecias del Libro perdido de
Nostradamus, (¿reencontrado para alertarnos o para atemorizarnos?) y con las
profecias de los astronomos Mayas.

Por tanto, podriamos resumir los
eventos, en nuestra opinión importantes, para 2012, especialmente para
diciembre:

1. Inversión de los campos magneticos del sol, como cada 11
años, pero está vez en un máximo solar inusual.
2. Tormenta solar.
3.
Incremento de Manchas Solares
4. Alineación del sol en el centro de la
galaxia.

Esto llevará a que, como indicaron los Mayas, la inversión solar no sea como piensan que será, y obligue al campo magnetico de la tierra a modificarse. Algunos podrán pensar que el sol no puede tener influencia en lo que pasa en la tierra, pero quien haya estudiado las concordancias de los ciclos de las manchas solares con las modificaciones climaticas de la tierra debe concluir decididamente que el “sol estornuda y le da gripe a la tierra”. . .
NOTA:
Olvidamos mencionar un hecho muy importante: en el
centro de la Galaxia, actualmente la NASA descubrió lo que parece ser un agujero
negro, que está emitiendo continuamente muchisima energia a todo nuestro sistema
solar. ¿Qué sucederá cuando se obstruya dicha fuente de energia con nuestro
planeta por la interposición del sol en el alineamiento?. Aqui pueden leer la
nota completa de la NASA en castellano: Fuente Ciencia Nasa

Un Misterio en el Centro de la Galaxia
Los astrónomos han
descubierto que el centro de nuestra Vía Láctea aloja un agujero negro buscado
por mucho tiempo. El hallazgo, sin embargo, ha generado aún más
interrogantes.
En las historias de detectives de mayor suspenso, el misterio
se hace más profundo conforme la trama revela nuevas pistas. Y lo mismo les ha
pasado en la vida real a los astrofísicos que investigan el centro de nuestra
galaxia, la Vía Láctea. Ellos esperaban que el Observatorio de rayos-X Chandra
(Chandra X-ray Observatory) de la NASA revelase la existencia, sospechada desde
tiempo atrás, de un agujero negro — y en realidad así lo hizo. Pero las
revelaciones del Chandra han generado nuevas preguntas que ahora desconciertan a
los científicos tal vez más que antes.
Un agujero negro es un objeto tan
masivo y tan compacto a la vez que ni siquiera la misma luz puede escapar a su
exorbitante gravedad. Por décadas, los científicos han argumentado que las
estrellas gigantes (aquellas cuya masa es al menos 10 veces más grande que la de
nuestro Sol) normalmente tienden a concluir sus vidas como supernovas —
explosiones catastróficas que dispersan materia a años luz de distancia a través
del espacio interestelar, dejando atrás solamente un residuo denso de la
estrella original. Si el residuo excede unas 3 masas solares, se convertirá en
un agujero negro.
En 1974, el astrónomo británico Sir Martin Rees propuso que
los agujeros negros supermasivos — aquellos con masas de un millón e incluso de
mil millones de masas solares — podrían existir en los centros de algunas
galaxias. Las galaxias que él imaginaba poseían núcleos (centros) increíblemente
activos, que brillaban con la intensidad de 30 mil millones de soles. Estos
núcleos brillaban, titilando de manera inestable, en todas las longitudes de
onda, desde el radio hasta los rayos gamma, y expelían poderosos chorros de
partículas cargadas hacia el espacio. Rees concluyó que la fuente de tales
disturbios eran agujeros negros devorando materia.
“No podemos imaginarnos de
qué otra manera estos núcleos activos de galaxias (que se abrevia en español
como NAGs ó como AGNs por las siglas inglesas de Active Galactic Nuclei) podrían
emitir tanta energía”, dice Donald Kniffen, científico del programa Chandra de
la Oficina de Ciencias del Espacio (Office of Space Science) en las Oficinas
Centrales de NASA. “La única teoría aceptada es la de los agujeros negros”. Mas
aún, ya empieza a pensarse que las galaxias activas no son las únicas que
podrían alojar a tales “monstruos en su centro”. Las galaxias ordinarias como la
Vía Láctea también los poseen.
En 1974, mientras Rees aún se encontraba
especulando acerca de los agujeros negros en los centros de las galaxias
activas, los radio astrónomos norteamericanos Bruce Balick y Robert Brown se
encontraban observando el relativamente silencioso centro de nuestra propia
galaxia. Allí ellos descubrieron una fuente de radio compacta y variable que se
parecía mucho a un quasar débil — un tipo de NAG lejano que los astrónomos
normalmente encuentran cerca del límite del Universo observable. Pero este
objeto se hallaba a “tan solo” 26,000 años luz de distancia, ¡en nuestro propio
patio trasero cósmico! Debido a que parecía encontrarse dentro de una fuente de
radio grande y extensa a la que ya se conocía como Sagitario A, la llamaron
Sagitario A* (que se pronuncia “Sagitario-A estrella”).
Arriba: Los
telescopios de rayos-X como el Observatorio de rayos-X Chandra, pueden detectar
el brillo incandescente del gas sobrecalentado que cae arremolinándose hacia el
interior de un agujero negro.
Durante las dos últimas décadas, los
astrofísicos han observado laboriosamente a Sagitario A* en longitudes de onda
de radio, óptico y cercano-infrarrojo. La enorme velocidad (hasta de 1400 km por
segundo) del gas y las estrellas arremolinándose alrededor del centro de la Vía
Láctea, comenzaron a convencerlos de que algo pequeño pero masivo — unos 2.6
millones de masas solares — se hallaba oculto en el centro de nuestra galaxia.
¿Era acaso un agujero negro supermasivo, o tan sólo millones de estrellas más o
menos ordinarias y densamente agrupadas?
Solamente las observaciones de
rayos-X podrían suministrar la evidencia definitiva — por dos razones — porque
los rayos-X son el característico último grito silencioso de la materia cuando
es finalmente engullida para siempre por un agujero negro, y porque solamente
los rayos-X pueden penetrar la densa capa de gas y polvo que oscurece nuestra
vista del centro galáctico. De este modo, se inició una carrera para ser el
primero en detectar la fuente de rayos-X de Sagitario A*

Sólo unos meses
después de su lanzamiento, en julio de 1999, Chandra tuvo éxito. El “Gran
Observatorio” había logrado localizar una fuente de rayos-X que coincidía con
Sagitario A*. Los astrofísicos, anunciando sus descubrimientos en enero del
2000, se encontraban muy entusiasmados por esta evidencia directa de un agujero
negro supermasivo en el núcleo de la Vía Láctea. Solo que en medio de la euforia
existia un problema: los rayos-X observados tenían sólo una quinta parte de la
intensidad prevista por la teoría. En otras palabras, Sagitario A* era débil —
lo cual era extraño, puesto que los núcleos activos de las galaxias son siempre
tan brillantes.
Arriba: Imágenes de Sagitario A y A* tomadas desde el
Observatorio de rayos-X Chandra. [más información]
¿Qué significado podría
tener esta discrepancia?
Observaciones posteriores en radio y rayos-X
condujeron a los astrónomos a una posible respuesta: Diez mil años atrás una
supernova explotó muy cerca de Sagitario A*. Los gases que se expandieron
rápidamente barrieron mucho del gas y el polvo interestelar, impidiendo que el
material local cayera dentro del agujero negro supermasivo de la Vía Láctea, y
por lo tanto, dejándolo “hambriento”. La disminución de la cantidad de material
cayendo dentro del agujero negro, resultó en una menor emisión de
rayos-X.
Sin embargo, algo de material continúa cayendo. En el año 2001,
justo antes de la llegada del ojo vigilante del Chandra, Sagitario A* aumentó
repentinamente su brillo. En cuestión de minutos llego a tener 45 veces su
intensidad normal. Y entonces, unas tres horas más tarde, volvió a desvanecerse
hasta el nivel previo a la llamarada. ¡La energía liberada correspondía al
agujero negro engullendo de repente un trozo de materia con la masa de un cometa
o asteroide! Mas aún, por la forma específica en que los rayos-X se
intensificaron y se desvanecieron, los astrofísicos calcularon que Sagitario A*
tiene apenas unos 15 millones de kilómetros de diámetro — menos de la cuarta
parte del diámetro de la órbita alrededor del Sol del planeta Mercurio. Esta
evidencia por observación directa de su pequeño tamaño, comparado con su enorme
masa, parece concordar muy bien con el modelo de un agujero negro
supermasivo.
Izquierda: Las estrellas de movimiento rápido en el año luz
central de nuestra galaxia, la Vía Láctea, son mantenidas en su lugar debido a
la gravedad de un agujero negro supermasivo. La marca de color amarillo indica
la localización de Sagitario A*. [ más información]
Aún así, el misterio
clave sigue sin ser resuelto: ¿De donde vino el agujero negro supermasivo de la
Vía Láctea? Y en general, ¿de dónde se origina cualquier agujero negro
supermasivo?
“Estas son excelentes preguntas”, declara Kniffen. “Los
científicos siguen rompiéndose la cabeza con esto. Una idea es que los agujeros
negros supermasivos se formaron cuando las galaxias aparecieron originalmente.
Otra es que un agujero negro de masa estelar pudo empezar a acumular material y
creció hasta volverse supermasivo. Una tercera posibilidad es que los agujeros
negros supermasivos nacen a partir de grupos de agujeros negros más pequeños que
se fusionan. O tal vez es otra cosa completamente diferente.
Recientemente
Chandra podría haber descubierto una conexión importante entre agujeros negros
de masa estelar y los supermasivos: un agujero negro de 500 masas solares en la
cercana e irregular galaxia M82 en la constelación de la Osa Mayor. Pero esto es
también desconcertante, ya que el agujero negro ¡no está centrado en el núcleo
de M82! ¿Será que el agujero negro eventualmente se hundirá en el centro de M82
y crecerá hasta convertirse en supermasivo? Nadie lo sabe.
Y de esta manera,
el misterio continúa. En cada vuelta, otra pista más aparece; algunas preguntas
tienen respuesta, pero otras toman su lugar. “Estamos apenas tocando la
superficie de este tema”, dice Kniffen. Si Sherlock Holmes fuera un
astrónomo…
http://ciencia.nasa.gov/science-at-nasa/2002/21feb_mwbh/

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