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Aumenta la preocupación sobre la posible
existencia de hasta 50 toneladas de uranio natural en Siria, según un reporte
del periódico Financial Times. Se trata de una cantidad suficiente como para
producir cinco bombas atómicas.
Hasta el momento, la comunidad internacional había focalizado
su atención principalmente en el destino de las armas químicas, y en impedir que
caigan en manos de los extremistas islámicos que encabezan la revuelta contra el
régimen del presidente Bashar Asad.
Sin embargo, a medida que el país árabe desciende en el caos
desatado por la guerra civil; aumenta la inquietud por la posible existencia, y
la seguridad, de un depósito de uranio no procesado dentro de Siria.
A mediados de la década pasada, con la asistencia de Corea del
Norte, Damasco intentó construir un reactor nuclear al este de la ciudad de Al
Kibar; pero la instalación fue arrasada durante un presunto ataque aéreo israelí
en 2007.
Los expertos calculan que el reactor precisaba aproximadamente
50 toneladas de uranio natural para su funcionamiento.
Los inspectores del OIEA que visitaron Al Kibar en mayo de 2008
encontraron vestigios de uranio; lo que alimenta la especulación de que una gran
reserva de material levemente radioactivo habría sido trasladada.
Los especialistas se preguntan por el destino del uranio que
Siria planeaba introducir en el reactor de Al Kibar poco antes de que fuera
destruido. La posibilidad de que Irán, aliado de Siria, esté tratando de
adquirir ese uranio aumenta gravedad a la cuestión. Se especula que el material
podría ser desplazado vía aérea.
Mientras tanto las imágenes satelitales tomadas a fines de
2012, de una presunta instalación secreta en Marj al Sultan, cerca de Damasco,
muestran inquietantes signos de saneamiento y el aumento de personal militar
atrincherado en el sitio.
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