jueves, 2 de mayo de 2013

Israel: “luz verde” en dos frentes de guerra

 

 
Saúl Dávila Tórrez*

En las últimas semanas el gobierno norteamericano ha dado un giro repentino en su política sobre el Medio Oriente, envió nada menos que a su secretario de Defensa, Chuck Hagel, para reunirse con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, y dar “luz verde” a un posible ataque contra Irán, disipando dudas sembradas el pasado año por la Administración Obama. Según el diario The Wall Street Journal, el inusitado respaldo al estado judío, intenta convencer a Irán de que “se enfrenta a una amenaza militar real”, a medida que continúa rechazando los esfuerzos diplomáticos occidentales para cesar en su intento de construir armas nucleares.

Hagel destacó que Israel y Estados Unidos están de acuerdo "completamente" en la política sobre Irán, y que Israel, como Estado soberano, tiene el derecho de atacar a Irán por su programa de armas de destrucción masiva. “No hay ninguna brecha entre los Estados Unidos e Israel a la hora de quitar los reactores nucleares de Irán”, habría dicho Hagel.

Con este objetivo, Estados Unidos ha acordado vender más equipamiento militar a Israel, incluso aviones cisterna V-22 Osprey de transporte y reabastecimiento en vuelo, que se usarán en los eventuales ataques. Hagel insistió en que la venta de armas es para enviar un mensaje a Irán. Extrañamente, la diplomacia norteamericana cree que la determinación de Israel de impedir la tenencia de armas nucleares a la nación islámica, y la adquisición de tecnología militar sofisticada, hará que un ataque de Israel a Irán sea menos probable.

La política exterior norteamericana a lo largo de la historia contemporánea ha adolecido de síntomas de “ingenuidad”, ¿será que esta es una más de ellas? Porque la determinación iraní de borrar del mapa a Israel es igualmente real. Más aún, cuando en la actualidad Irán se presenta en escenarios internacionales, pisando fuerte, como un país nuclear, y se ha involucrado directamente en la guerra civil-militar siria. Ambas naciones islámicas tienen a potencias como simpatizantes, Rusia y China. En el caso de Rusia, es más que un simpatizante, es un aliado de Siria, “atacar a Siria es atacar a Rusia”, ha dicho Putin. A lo largo de la frontera Sirio-Turca los rusos han instalado un sistema de alerta temprana frente a un ataque a territorio sirio.

Fuentes fidedignas de la agencia de noticias Debka informaron, el pasado 25 de abril que, cuando Chuck Hagel se disponía a dejar Israel el martes 23 del mismo mes, fueron filtrados datos reveladores desde Tel Aviv: “Irán ha cruzado la última línea roja que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu estableció ante la Asamblea General de la ONU en septiembre pasado, dijo el ex jefe de inteligencia militar israelí, Amos Yadlin. Ninguna de las medidas para detener la carrera de Irán para fabricar una bomba nuclear ha funcionado”, dijo. Asimismo, el político del Likud, Tzahi Hanegbi sugirió que Israel no tiene más de un mes o dos para detener a un Irán nuclear. De la misma forma, Ron Dermer, un cercano asesor de Netanyahu y próximo embajador de Israel en Washington, coincide en que una amenaza existencial para Israel debe contarse en meses, y que es el momento de actuar contra la capacidad de Irán para fabricar una bomba nuclear. Finalmente, el general de brigada, Itay Brun informó que el ejército sirio había empezado a utilizar armas químicas contra las fuerzas rebeldes, como el sarín y otras sustancias paralizantes.

Todas las “líneas rojas” habían sido sobrepasadas por un acelerado progreso de Irán hacia un arma nuclear, y por Bashar Assad que, respaldado por Irán, se burló de la advertencia del presidente de EUA, de que "la prueba del uso de armas químicas marcaría un cambio en las reglas del juego”.

El respaldo del gobierno de Obama de un eventual raid de Israel a Irán, se extiende a posibles ataques israelíes en Siria. Hagel y el ministro de Defensa israelí, Moshe Yaalon volaron en un helicóptero UH-60 del ejército israelí Negro Hawk, dentro de los cinco kilómetros de la frontera con Siria, y aproximadamente a 30 millas de Damasco.

Sin embargo, los comandantes del Ejército de Defensa de Israel, no parecían estar muy impresionados por los US$ 10.000 millones en armas que el secretario de Defensa entregó a Israel, según Debka. “Los equipamientos son útiles, pero no están en lo más alto de su lista de prioridades”. La frialdad se reflejó en los comentarios de los jefes militares israelíes, que subrayaron la capacidad de las IDF para hacer frente a las instalaciones nucleares de Irán por su cuenta, e incluso manejar las consecuencias de este ataque que vinieran en la forma de una represalia conjunta por parte de Irán, Siria y Hezbolá.

La discrepancia entre Washington y Jerusalén en el tema de un Irán nuclear estuvo presente en las conversaciones de Hagel en Israel. El presidente Obama intentó decirle a Israel, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos -beneficiarios del nuevo paquete de armas EUA-, que su promesa de impedir que Irán alcance una bomba nuclear significa que está dispuesto a esperar a que Teherán haya reunido todos los componentes de un arma nuclear. Por su parte Israel se niega esperar a que Irán llegue a ese umbral, e insiste en que el momento de atacar es ahora. La revelación de que Bashar Assad se ha burlado de la advertencia del presidente de los EUA en contra de la guerra química, ha llevado a Washington a la posibilidad de una acción militar contra Siria. Esta ha sido una reacción a las revelaciones de los portavoces israelíes.

Fuentes del World Net Daily –WND en Oriente Medio, dan cuenta que este último 30 de abril, el Ejército de Israel (Tzahal) lanzó un ejercicio militar sorpresivo con una división completa y 2 mil soldados de la Reserva a lo largo de la frontera de Siria y el Líbano, en la parte norte del país. Los informes señalan que el ensayo de guerra se debe a 3 razones específicas: La inminencia de que el cruento conflicto en Siria se desborde hacia territorio judío; la posibilidad de que el grupo terrorista Hezbollah esté en posesión de armas químicas; y ante las reiteradas amenazas del gobernante de Siria, Al Aasad, de atacar con armas de destrucción masiva al Estado de Israel.

Las operaciones por parte de Israel, dentro del conflicto armado, en realidad ya están en ejecución: La inteligencia judía, el Mossad, está ya trabajando en territorio sirio, como los rebeldes sirios lo han develado. Los aviones israelíes atacaron más de los dos blancos durante el bombardeo efectuado el 29 de febrero pasado en Siria, entre ellos una instalación de armas biológicas que fue destruida por temor a que cayera en manos de extremistas islámicos ocultos entre las fuerzas de oposición al presidente Bashar al Assad, según informaron fuentes de Inteligencia de EEUU a la revista Time.

Ahora bien, iniciadas las hostilidades contra Siria, Israel realizará incursiones aéreas para anular objetivos vitales del enemigo como aeropuertos, cuarteles, arsenales de armas químicas (lo que deberá tener un tratamiento especial), y centros de logística bélica y administrativa del régimen sirio. Pero su principal función del ejército israelí -Tzahal-, será proteger sus fronteras por tierra, aire y mar de cualquier ataque enemigo, no sólo del lado sirio, sino de Irán y Hezbollah. A instancias de gestiones personales de Barak Obama, el rey de Jordania Abdullah II tomó la decisión de que Israel utilice su espacio aéreo para controlar la situación en Siria y atacar instalaciones de armas químicas en el país, según informa el diario francés Le Figaro en su página web del 22 de abril reciente.

Del otro frente con Irán, el diario Sunday Times refiere que el jefe del Consejo de Seguridad Nacional israelí, Yaakov Amidror, solicitó el consentimiento de Turquía para el despliegue de aviones de combate israelíes en la base aérea de Akinci, con el objetivo de asegurar una base aérea cerca al vecino Irán, para preparar el terreno en un ataque militar contra la República islámica, al noroeste de Ankara, a cambio de equipos militares avanzados y tecnología, todo bajo la influencia política de Obama. El rotativo londinense cita una fuente militar israelí no identificada por el diario indicando que, “el uso de las bases aéreas turcas podría hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso, una vez que el enfrentamiento con Irán se ponga en marcha. Turquía es nuestro mayor portaviones”, habría señalado la fuente, según el Sunday Times. Israel y Turquía acordaron la semana pasada, compartir información de inteligencia al más alto nivel sobre la guerra civil Siria, informa Debkafile.

Los Estados Unidos están proporcionando mayor seguridad a Turquía mediante la reubicación de los interceptores, los misiles Patriot, desde el oeste de Arabia Saudita y Kuwait al norte de Jordania frente a la frontera con Siria. Esta es una señal de que la administración Obama está considerando seriamente el peligro para sus aliados desde Siria, como más inminente que la amenaza iraní.

El uso de armas químicas de parte de Al Assad era la clave para una intervención militar norteamericana con los aliados. Ahora la administración Obama se ve obligada a dar un apoyo incondicional a Israel para llevar adelante acciones militares en los dos frentes: Siria e Irán. No hay duda que ante un ataque a Siria, Irán reaccionará, y viceversa. Lo que queda en duda es el papel que Rusia desempeñará, una vez en desarrollo las acciones bélicas. El Reino Unido, Francia, Israel y Estados Unidos confirmaron que el régimen sirio ha usado armas químicas, no masivamente como para una acción inmediata, pero es la señal ineludible de que sí lo hará. Llega el momento en que el papel de “mediador” de Rusia está al límite, tan al límite cuanto más cercana está una invasión militar de una coalición occidental.

Para Israel, ir a la guerra contra Irán y Siria representa más que tierra y agua, significa su propia existencia. Después de una eventual campaña militar de los aliados occidentales con intervención directa para deponer al gobierno de Al Assad, surgen las incógnitas por los precedentes que aún se viven en Irak y Afganistán: imponer gobiernos democráticos al estilo occidental en países islámicos, no parece ser la fórmula adecuada. Los islámicos serán siempre islámicos en su forma de vida y su organización socio-política. Barack Obama tiene, al parecer, raíces islámicas y no disimula su simpatía por el islam, tal vez él pueda entender mejor a los pueblos árabes en conflicto.

Después de consolidada la intervención sobre Siria de la que no se puede medir la complejidad de las operaciones, que nadie sabe cuánto tiempo podrá durar, en un país en completo caos, vendrá la difícil tarea de desmontar el caos. Son dos años de guerra civil en Siria, cuanto más pase el tiempo de una acción militar multinacional, más difícil será estabilizar el país. Por lo complicado del escenario interno sirio, parece ser indispensable la participación israelí por su capacidad militar aérea, y eficaz inteligencia del Mossad.

En cuanto a Irán, él mismo está determinando su tiempo para una incursión militar aérea convencional por parte de Israel para destruir sus bases nucleares. La otra posibilidad real, es que el Estado judío lance sobre Irán el misil Jericó III, para detonar una ojiva nuclear de impulso electromagnético (EMP), que produciría poca radiación en tierra, pero eliminaría toda la electrónica de Irán, lo que incluiría el comando militar de Irán inutilizando las capacidades de control de sus fuerzas armadas, y la posibilidad de lanzar misiles balísticos en represalia del ataque preventivo israelí contra las instalaciones nucleares de Irán.

* Periodista, analista en política internacional del Medio Oriente

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