jueves, 17 de enero de 2013

Diane Abbott: “El feminismo ha destrozado a la familia”


COMO EL RESTO DE LA SECUELA LIBERAL, EL FEMINISMO BUSCA ROMPER EL ORDEN ESTABLECIDO POR DIOS EN EFESIOS 5.23 DE QUE EL MARIDO ES LA CABEZA DE LA MUJER Y JESUCRISTO ES LA CABEZA DE LA IGLESIA. ROMPER ESE ORDEN HA DEJADO UNA SOCIEDAD EN PEDAZOS
(Noticias-ADF). - En plena descomposición, el feminismo se muestra incansable en la búsqueda de salidas medianamente dignas a su implacable colapso. Algunas de las propuestas recuperan viejas líneas de combate ya en sus tiempos completamente ridículas, como las que ahora resucitan la pelambrera sobaquil como frente de oposición a la falocracia imperante.
Otros debates tienen mucho mayor calado, como la ahora cada vez más cuestionada íntima relación entre el feminismo hembrista, y el supuesto derecho y la casi segura obligación de las mujeres a triturar vivos a sus hijos no nacidos antes de ser absorbidos los cachos por una aspiradora industrial. Pero lo que no se esperaba la desabrida internacional hembrista era la traición de una de sus figuras más conocidas, hasta ahora atrincherada en la izquierda más izquierdista del laborismo británico.
Mike Buchanan, un antiguo consultor de 55 años, está creando un partido cuyo ideario se basará en la defensa de los derechos del hombre, es decir, de la mitad de la humanidad que debe acceder a los consejos de administración de las empresas a base de prepararse, conspirar e incluso traicionar, pero no después de un sexado para ver qué se esconde entre esas dos pilosas piernas, que, a juzgar por la campaña hembrista pro-vellosidad, puede ser cualquier cosa.
Buchanan cuestiona las supuestas razones por las que los consejos de administración de las empresas deban acoger ahora una cuota obligatoria de miembras más por lo que esconden entre las piernas que por lo que guardan dentro de la cabeza. Este activista de los "derechos del hombre" critica cómo "nuestra élite política vive fuera de la realidad con su feminismo patrocinado desde el Estado".
Para el promotor del partido masculinista, el feminismo se encuentra en la base de la pobreza y la desigualdad en la actual Gran Bretaña. "Los suicidios entre los hombres son 3,7 veces más frecuentes [que entre las mujeres]. Más del 60 por ciento de los funcionarios son mujeres [...]. El gasto en el diagnóstico de los cánceres específicos de los hombres es pequeño en comparación con el empleado en los específicos de las mujeres". (También en España la tasa de sucidios masculinos es desproporcionada respecto a los cometidos por mujeres, nada menos que del 78 por ciento del total).
Mike Buchanan ha acusado a los conservadores de plegarse a los objetivos de odio del feminismo más radical. Dicho sea de paso, la rendición del conservadurismo a las políticas feministas e, incluso, al lenguaje hembrista más brutal no solo se produce en Gran Bretaña, sino aun con mayor radicalidad en España donde las campañas contra el maltrato doméstico son enfocadas exclusivamente "hacia las mujeres" y bajo el inevitable marchamo de la "violencia de género", tanto en ámbitos autonómicos como en Castilla-La Mancha, por ejemplo, como en los estatales del Instituto de la Mujer.
A pesar de las raíces izquierdistas del feminismo, ha sido precisamente la clase trabajadora la que más lo ha sufrido puesto que "el feminismo militante ha atacado también a la familia", según Buchanan. Y este de la destrucción de la familia está protagonizado precisamente algunos de los más espectaculares arrepentimientos de antaño inflexibles activistas del hembrismo más recalcitrante.

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