Las creencias sobre el supuesto "fin del mundo" el próximo 21 de diciembre han llegado hasta China, donde han surgido casos de ciudadanos que toman drásticas medidas para afrontar el presunto apocalipsis y el gobierno ha buscado frenar el pánico.
Las noticias sobre chinos que venden
todas sus pertenencias, vacían los supermercados haciendo acopio de ciertos
productos "salvadores" o venden remedios para sobrevivir al fin del mundo
se multiplican a medida que se acerca la fecha.
En varias ciudades de todo el territorio chino
se han agotado las velas, ante los rumores que circulan por internet y otros
canales según los cuales el 21 de diciembre reinará la oscuridad total,
como parte del fin de los tiempos.
También ha habido varios casos de personas que
han dejado su trabajo o se han deshecho de sus pertenencias para recibir con
austeridad la llegada del gran cataclismo, ese es el caso de una ingeniera
jubilada de 54 años que, pese a la oposición de su marido, vendió su vivienda y
donó lo obtenido a la caridad, en Nankín, provincia al este del país.
Otros se han afanado en diseñar artefactos que
les puedan salvar del apocalipsis,
como un padre de familia en Hebei, al norte de China, que ha construido
tras meses de esfuerzos y una millonaria inversión, un arca de acero que en su
interior puede transportar a 14 personas y resistir los embates de un tsunami o
terremoto.
Más trágico es el caso de Min Yongjun, un
hombre de 36 años que el 14 de diciembre irrumpió en una escuela de Henan, al
centro del país, e hirió a 23 niños con arma blanca; según la policía se
encontraba trastornado por los rumores sobre el fin del mundo.
Tras conocerse este último caso, las
autoridades chinas han iniciado una campaña contra la difusión de rumores sobre
el fin del mundo por parte de algunas sectas y cultos, que por ahora han
llevado a la detención de 101 personas en varias zonas del país, especialmente
en la provincia de Qinghai, habitada por tibetanos.
La secta más perseguida estos días es la
llamada Iglesia de Dios Todopoderoso, ligada a creencias cristianas y que induce
a sus miembros a entregar a los clérigos del culto todos sus bienes para
prepararse para el apocalipsis, que según ellos se acompañará de la segunda
llegada del Mesías, en forma de mujer china.
Las creencias en el fin del mundo
también son utilizadas por empresas y empresarios para hacer dinero. Ese es el
caso del portal de ventas por internet chino Taobao que ha anunciado ofertas del
50% de descuento antes del 21 de diciembre y de un fabricante de Yiwu,
provincia al este del país, que fabrica y vende refugios para el supuesto
apocalipsis.
En medio de este furor, los científicos chinos
insisten en que no hay que temer: "El 21 de diciembre sólo es el
solsticio de invierno, el cambio de estaciones", señalaba el astrónomo Yang
Guang, del observatorio nacional, a la prensa oficial.
En el último año han aparecido algunos teóricos
que señalan que la civilización maya predijo el final del mundo el 21
diciembre de 2012; otros apuntan que esa fecha simplemente representa el
final de un ciclo y evoca el comienzo de una nueva época terrestre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios