Tristemente, la
gente joven en nuestros días sigue exhibiendo la misma confusión teológica que
la generación precedente. Aún cuando 8 de cada 10 adolescentes se dicen ser
Cristianos, 61 por ciento cree que un lugar llamado Cielo se puede ganar a
través de buenas acciones; 63 por ciento creen que Musulmanes, Budistas,
Cristianos, Judíos y toda la gente ora al mismo Dios; y 58 por ciento cree que
todas las religiones enseñan verdades igualmente válidas.
En un comunicado
colectivo, los especialistas en juventud Josh McDowell y Ron Luce anunciaron: “Aunque
parezca increíble, ‘aceptar a Cristo’ y hacer una declaración de fe tiene poca o
ninguna diferencia en la actitud y comportamiento de un joven. La mayoría de la
juventud que asiste a la iglesia ha adoptado el ‘Cristianismo’ pero no es
Cristianismo de verdad.” Aunque esto no es escandaloso, McDowell y
Luce no están solos en su conclusión. Noventa y ocho por ciento de ministros
jóvenes y pastores que fueron encuestados por McDowell están de
acuerdo.
Y si eso no es lo
suficientemente alarmante, otra tendencia contribuye para pintar una imagen
desoladora de la Iglesia Americana. Al investigar familias en los Estados
Unidos, el Consejo para la Vida en Familia de Bautistas del Sur descubrió una
estadística desgarradora: “88 por ciento de los niños criados en
hogares evangélicos, se van de la iglesia a la edad de 18, para nunca
regresar.” Este éxodo masivo se ve no solamente con los Bautistas
del Sur, sino también a lo largo de otras denominaciones.
En una entrevista en
un popular programa nacional de radio, un líder Cristiano de jóvenes dijo con
gran preocupación que la juventud “abandona la iglesia en
masa.” Hizo una encuesta para encontrar el por qué estos
adolescentes le dan la espalda a Dios, y citó la razón número uno como
“falta de oportunidades en la iglesia”- implicando que
la Iglesia debería organizarse y dar más oportunidades a la juventud. Pregunta a
cualquier pastor si hay oportunidades de servir en su iglesia, y sin ninguna
duda te dirá que no hay suficiente gente para enseñar la escuela Dominical,
visitar a los ancianos y enfermos, salir a evangelizar en equipo, limpiar el
edificio, etc.
Puede ser que haya
otra razón por la que los jóvenes abandonan la iglesia en masa. Como las
estadísticas lo revelan, el día de hoy hay muchos que mencionan el nombre de
Cristo pero fallan en “apartarse de la maldad (iniquidad)” (2 Timoteo 2:19).
Ellos son falsos convertidos que han “invitado a Jesús en sus corazones,” sin
embargo siguen sin convertirse pues nunca se han arrepentido en
verdad.
-Ray Comfort
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