lunes, 16 de julio de 2012

LA MARCA DE LA BESTIA



LA MARCA DE LA BESTIA

Posted: 16 octubre, 2005 in apocalipsis y misterios de la biblia

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El Rastro del 666… “La Marca de la Bestia”
Por Ernesto Trenckard
“Hizo que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les imprimiese una marca en la mano derecha, o en la frente; y que nadie pudiese comprar ni vender, sino el que tuviera la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre. Aquí está la sabiduría. El que tenga inteligencia calcule el número de la bestia, porque es número de hombre. Su número es seiscientos sesenta y seis”. (Apocalipsis 13:16-18)
Estamos frente a una extraordinaria profecía. Reflexionemos en su significado: hace casi 2000 años el apóstol Juan –que antes de conocer a Jesús se había desempeñado como un simple pescador- predijo que un día sería instituido un sistema económico internacional por que el que se obligaría a toda persona a llevar un número, sin el cual no podría comprar ni vender. El cumplimiento de este ominoso oráculo no habría sido posible antes del advenimiento del ordenador y de las operaciones bancarias electrónicas.
Actualmente existen varios métodos para pagar las mercancías. Se puede utilizar dinero en efectivo, emitir un cheque o cancelar con tarjeta de crédito.
Más recientemente se ha ido introduciendo la tarjeta de cobro automático, que funciona de la siguiente manera: al entregar el cliente a la cajera la mencionada tarjeta, ésta la pasa por un lector electrónico conectado con el banco del cliente. Enseguida el importe se deduce de la cuenta de éste y se acredita a la del establecimiento comercial. Todo en fracción de segundo.
Otra modalidad de transferencia de fondos que ya se emplea en muchos países y que se fomenta en otros es la “tarjeta inteligente”. Ésta tiene el aspecto de una tarjeta común y corriente, pero con una gran diferencia: en el plástico hay un pequeño circuito integrado. Este prodigioso dispositivo electrónico no solo da al portador acceso instantáneo a su cuenta bancaria, sino que además contiene su identificación, su historial médico, su carnet de conducir, fotografías, datos requeridos por la asistencia social y otros varios. En Francia, Canadá, Alemania y Gran Bretaña se utilizan actualmente más de 90 millones de tarjetas inteligentes para disponer de mejor asistencia sanitaria.
El papel moneda evidentemente tiene los años contados. Quienes promuevan una sociedad en la que no se emplee más el dinero constante esgrimen un sinnúmero de argumentos muy convincentes. Uno de los principales es que el dinero en efectivo posibilita los turbios negocios de los narcotraficantes, quienes suelen realizar sus transacciones con maletas llenas de billetes.
EL ESCOLLO DE LA IDENTIFICACIÓN
Para poder eliminar por completo el papel moneda, los cheques y las tarjetas de crédito, es imperativo crear un sistema de identificación a toda prueba. Los comerciantes deben contar con la garantía de que quien presente una tarjeta para realizar una transacción sea en efecto el titular de la misma.

Ya se han perfeccionado varios sistemas de identidad a prueba de alteraciones, como por ejemplo los lectores que reconocen las huellas digitales, la geometría de la mano o el iris. El único problema que presentan esos aparatos es que son sumamente costosos. Para organizar una sociedad en la que se haya abolido por completo el papel moneda habría que instalar uno de ellos en cada tienda o comercio donde se expenda algún producto.
Cada terminal de identificación biométrica cuesta miles de dólares. En cambio, los chips instalados en las tarjetas inteligentes valen apenas unos centavos.
IMPLANTACIONES DE MICROCHIPS CON LOS DATOS PERSONALES
Una solución viable y muy económica podría ser tomar un microcircuito similar al de la tarjeta inteligente e introducirlo debajo de la piel. Una vez implantado, el chip podría ser leído por un escáner de bajo costo muy parecido a los lectores de barra de un supermercado. Es decir, que ¡uno mismo se convertiría en una tarjeta inteligente!, sorteando así el gravoso obstáculo de garantizar que el titular de la tarjeta sea, en efecto, quien dice ser.
La tecnología para efectuar una implantación de tales características no solo existe, sino que se está ensayando en distintas partes del mundo. Por ejemplo, el Ministerio de Salud y Bienestar Social de los Estados Unidos dice que el nuevo programa de identificación por micropunto ya se está instaurando con carácter experimental en la ciudad de Washington y en otras urbes norteamericanas. Los microcircuitos empleados son más pequeños que la cabeza de un alfiler, cuestan menos de 25 centavos de dólar y se inyectan aproximadamente seis milímetros debajo de la piel, por lo general en el espacio que queda entre los tendones de los dedos índice y medio. Se activan por medio de un pequeño escáner manual e identificación sin lugar a error a la persona en quien han sido implantados.
Es evidente que se está gestando una sociedad desmonetizada a escala planetaria. El control que hoy se puede ejercer en el mundo mediante la tecnología de fibra óptica, los satélites y las bases de datos es alucinante. Los gobiernos de Australia, Israel, Singapur y Tailandia están formulando políticas con vistas a eliminar los cheques y el papel moneda. Muchos otros países están probando nuevas tecnologías para efectuar operaciones comerciales eludiendo el uso de la moneda corriente. Por primera vez existen los dispositivos de alta tecnología necesarios para cumplir la escalofriante visión que tuvo el apóstol Juan hace casi dos mil años.
EL PODER OCULTO
No hay que olvidar que el dirigente supranacional del que ya hablamos no exigirá que el mundo lo adore por razones puramente egotistas. Es que estará poseído por el propio Satanás. “El Dragón (el diablo) le dio su poder y su trono, y gran autoridad” (Apocalipsis 13:2).
Satanás siempre ha querido ser Dios. Esa en un principio fue la causa de su caída. El profeta Isaías escribió: “¿Cómo caíste desde el cielo, estrella brillante (Lucifer), hijo de la Aurora? (…) En tu corazón decías: “Subiré hasta el cielo y levantaré mi trono encima de las estrellas de Dios (…); subiré a la cumbre de las nubes, seré igual al Altísimo”. Más, ¡ay!, has caído en las honduras del abismo, en el lugar donde van los muertos”. (Isaías 14:12-15).
Lo que Satanás persigue al inducir a su títere, el Anticristo, a establecer la maquinaria crediticia mundial que ya se ve venir es que el mundo entero se postre y le rinda culto.
¡OJO CON EL 666!
Acceder a que le sea a uno implantada la marca de la Bestia no será una decisión meramente económica. Si bien esa marca vendrá camuflada como un avance tecnológico provechoso para la sociedad, aceptarla será en realidad una decisión espiritual: equivaldrá a acoger y rendir culto al diabólico Anticristo.
Por eso la Biblia advierte: “Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios. (…) No tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre”. (Apocalipsis 14:9-11). Dio no castigaría tan severamente a una persona por algo tan nimio como aceptar una marca de identificación y crédito que le permitiera adquirir víveres y artículos de primera necesidad.
Lo que se desprende de estas palabras es que, cuando veamos surgir un gobierno mundial cuyo dirigente exija nuestra filiación, nuestra lealtad e incluso nuestra devoción, no debemos acceder a sus exigencias. Por muchos que sean los incentivos económicos ofrecidos a cambio o las represalias con que se amenace a quienes rechacen su marca y su número, debemos más bien amar y adorar al Dios verdadero, al Creador, que nos quiere y vela por nosotros. Si ciframos nuestra confianza en Él, nos sacará adelante en los tiempos que se avecinan.

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