Cualquiera que lea la Biblia o cualquier libro de historia confiable
sabrá que los judíos tuvieron – y siguen teniendo – una presencia y una profunda
conexión con la tierra de Israel y con su capital Jerusalén. Hubo períodos en la
historia en que la mayoría de los judíos fueron expulsados de su tierra patria
pero, a pesar de eso, siempre hubo comunidades judías viviendo en la Tierra
Santa.
En la actualidad, una gran cantidad de los judíos que viven en Israel
son judíos refugiados de tierras árabes que fueron bienvenidos por sus hermanos
en Israel y se convirtieron en ciudadanos productivos.
Después de la conquista romana de Israel y la destrucción del Segundo
Templo de Jerusalén hace 2.000 años, los romanos renombraron la tierra de Israel
y la llamaron "Palestina", en honor a los extintos enemigos de los judíos, los
filisteos. Los romanos también renombraron la ciudad de Jerusalén, llamándola
"Aelia Capitolina". Este doble cambio de nombre tuvo la intención de desconectar
a los judíos de su tierra patria.
Vemos entones que los "palestinos" originales fueron los judíos. De
hecho, durante toda la historia desde la destrucción del Segundo Templo de
Jerusalén hasta muy recientemente, los judíos siempre fueron los asociados con
la tierra de Palestina.
Durante unos 400 años, previo al restablecimiento del moderno Estado de
Israel, una gran área del Medio Oriente estaba controlada por el Imperio
Otomano.
Después de la derrota de los otomanos a manos de los británicos, los
franceses y sus aliados durante la Primera Guerra Mundial, este inmenso
territorio fue dividido en países más pequeños.
En 1917, Gran Bretaña y otras naciones reconocieron de nuevo la conexión
del pueblo judío con su tierra ancestral, y se firmó la Declaración Balfour
designando una pequeña porción de tierra del ruinoso Imperio Otomano para los
judíos. El resto de la extensa tierra fue designada para crear países árabes
incluyendo a Turquía, Líbano, Siria, Irak, Arabia Saudita y otros.
Los británicos crearon el nuevo estado de Transjordania (después
Jordania) sobre alrededor del 80% de la tierra designada para los judíos,
violando los términos de su mandato posterior a la Primera Guerra Mundial. Ellos
apuntaban a resolver el conflicto entre la familia Hachemita y la familia Ibn
Saud en Arabia Saudita – y los judíos pagaron un alto precio, perdiendo una gran
porción de su tierra patria.
Durante todo este período no hubo ninguna mención de un pueblo árabe
palestino como una entidad independiente. Nunca tuvieron un estado independiente
con el nombre Palestina, nunca controlaron la ciudad de Jerusalén en ningún
momento de la historia, y nunca afirmaron ser una nación separada de sus
hermanos árabes.
La Ciudad Vieja de Jerusalén tuvo mayoría judía desde 1850. El único
período en la historia reciente en que no hubo judíos viviendo en Jerusalén fue
entre 1948 y 1967, seguido a la guerra árabe de agresión en contra de Israel,
los jordanos expulsaron a todos los judíos que sobrevivieron la guerra y
destruyeron su infraestructura, incluyendo sus centros de culto. En violación
del Tratado de Armisticio, los judíos no tenían permitido visitar el sagrado
Muro de los Lamentos.
Respecto al 20% restante de la tierra destinada a los judíos, en 1936 la
Liga de las Naciones sugirió una partición de ella entre los judíos y sus
vecinos árabes. Los judíos estaban dispuestos a aceptar la idea, pero los árabes
la rechazaron y no se pudo materializar.
Nace un Estado
En 1948, cuando la ONU votó para crear un estado judío y uno árabe en
ese 20% remanente de la tierra, los judíos aceptaron pero los árabes rechazaron
nuevamente la idea.
En esta ocasión, la declaración no fue solamente un rechazo diplomático.
En el mismo día de la declaración del Estado de Israel, siete naciones árabes
invadieron el pequeño y renaciente Estado de Israel en un claro intento de
aniquilación.
Después de la guerra de 1948, Jordania controló la ribera occidental del
río Jordán, y Egipto la Franja de Gaza. No hubo ninguna demanda o intento de
crear un nuevo Estado Palestino en esos territorios.
En 1967, Egipto, Siria y Jordania iniciaron otro intento para liquidar
al Estado de Israel. Comenzaron bloqueando el acceso marítimo a la sureña ciudad
de Eilat, incrementando la actividad terrorista en contra de Israel, expulsando
a los observadores de la ONU de la frontera entre Israel y Egipto y desplegando
un ejército de invasión en las fronteras israelíes. Israel le imploró a la
comunidad internacional que frenara esa locura, pero no se hizo nada para abolir
la agresión árabe. En contra de todas las posibilidades, Israel se las ingenió
para superar a estos ejércitos enemigos en seis días.
Las fronteras de 1967 nunca fueron consideradas "fronteras reconocidas
internacionalmente", sino "fronteras de armisticio”, difíciles de defender. Por
lo tanto, la última palabra del tratado de armisticio fue que las fronteras
definitivas serian negociadas posteriormente teniendo en cuenta las necesidades
de seguridad de Israel.
A pesar de haber ganado la guerra de 1967, Israel ofreció aceptar casi
todas las exigencias árabes.
Israel ofreció negociar la paz en 1967, pero recibió una triple negación
de la cumbre árabe en Khartoum: "No a la paz, no a la negociación y no al
reconocimiento del Estado Judío".
A pesar de haber ganado la guerra de 1967, Israel ofreció aceptar casi
todas las exigencias árabes. Después de los acuerdos de Oslo de 1993, se les
hizo a los palestinos una nueva y generosa oferta para la creación de su estado
en el año 2000 – sólo para ser rechazada por Arafat y sus compinches, como lo
confirmó el Presidente Clinton y su enviado Dennis Ross.
Hasta ahora, muchos árabes se rehúsan a negociar la paz con Israel,
continuando con la incitación, la desinformación y el terrorismo, sin abandonar
su esperanza de liquidar a Israel en etapas.
Una táctica utilizada para deslegitimar a Israel es mostrar un mapa de
un "estado palestino achicado". Sin embargo, ¡ese estado nunca existió en la
historia de las naciones y por lo tanto no se puede achicar! Israel ofreció
crear un nuevo Estado Árabe Palestino en una parte de la tierra patria ancestral
judía, a pesar del hecho de que Israel quedó mucho más chico después de la
declaración Balfour. Esta oferta fue hecha con la esperanza de alcanzar una
resolución pacífica y un futuro mejor para todos en la región.
Desafortunadamente, Israel no tiene un socio serio para la paz en el lado
palestino (nota que Jordania y Egipto no hicieron una oferta tan generosa cuando
controlaron esta misma tierra desde 1948 hasta 1967).
¿Cuál es la situación legal de los territorios? La tierra de
Cisjordania, llamada históricamente Judea y Samaria, es un remanente no asignado
del Imperio Otomano y del Mandato Británico, que legalmente obliga al Estado de
Israel a administrarlo. Nunca ha habido una limitación legal para la gente que
vive allí en asentamientos, ya sean judíos, cristianos o musulmanes.
El muro de separación nunca hubiese sido construido de no ser por la
terrible realidad de los atentados suicidas en contra de inocentes
israelíes.
Las condiciones de la población árabe local en estos territorios han
mejorado tremendamente bajo el control israelí, en comparación al control
jordano previo a 1967. Los árabes locales tienen un mejor sistema de salud, más
libertad para educar a sus hijos como prefieran, un mayor crecimiento económico
y más libertad individual en comparación a muchos de los otros países árabes de
la región.
Y si bien muchos condenan abiertamente al “muro”, la verdad es que el
muro nunca hubiese sido construido de no ser por la terrible realidad de los
atentados suicidas en contra de inocentes israelíes. Después de negociaciones
honestas y productivas, las fronteras finales pueden ser determinadas
independientemente de la ubicación de este muro de seguridad, que esperemos que
no sea necesario.
Derechos Humanos
El Estado de Israel está obligado a proteger a todos sus ciudadanos –
judíos, cristianos y musulmanes por igual. El gobierno está obligado a tomar
acciones defensivas de vez en cuando. Israel realiza serios esfuerzos para
evitar bajas no intencionadas, y los resultados son mucho mejores que
situaciones similares en otros países del mundo. Pero por alguna razón los
habilidosos propagandistas sinvergüenzas exageran mucho toda acción
israelí.
Ciertamente, el tema de los derechos humanos en Israel es mucho mejor
que el de los países árabes circundantes. Por desgracia, esto también ha sido
manipulado con malicia.
Una revisión analítica de los hechos indica que este conflicto no es
sobre tierra, porque Israel tiene una minúscula porción de tierra en comparación
a sus vecinos, sino que parece ser que el conflicto está relacionado con la
guerra mundial de religiones que está atacando a sus oponentes de manera
sistemática. Israel es sólo una pequeña pieza del rompecabezas. La esperanza de
los extremistas es que una vez que sea liquidado Israel continuarán con su
misión en Europa, en EEUU ("El Gran Satán") y en todos lados, todo para
establecer un califato mundial que será dominado por la Ley Sharia. Algunos
miembros de otras religiones tendrán permitido sobrevivir bajo el régimen del
califato como dhimies – ciudadanos de segunda clase que sirven a los
creyentes en Alá.
Y no sólo eso, sino que el escenario es mucho más complejo, dada la
continua guerra en el mundo musulmán entre los radicales y los moderados, entre
las varias fracciones de los grupos Shiitas y Sunitas, y entre otros. Fíjate en
el conflicto en Siria, el conflicto entre Irán y Arabia Saudita, el conflicto
dentro de Irak, el conflicto entre los turcos y los kurdos, etc.
Israel provee un gran apoyo humanitario a la gente en
Gaza.
Gran parte de la retórica de demonización en contra de Israel se enfoca
en la llamada “crisis humanitaria en Gaza”. En realidad, Israel provee un gran
apoyo humanitario a la gente en Gaza. Esto incluye comida, salud e incluso
infraestructura (siempre y cuando esto no les brinde herramientas a los
terroristas para hacer llover misiles sobre mujeres y niños israelíes
inocentes). Sólo por mencionar dos ejemplos, incluso el cuñado del líder de
Hamás viajó a Israel para recibir tratamiento médico, y los veterinarios árabes
palestinos recibieron vacunas para sus vacas de las autoridades israelíes de
salud.
Describir todo lo que hace Israel para beneficiar a sus vecinos y a todo
el mundo tomaría miles de páginas. Pero, por alguna razón, la prensa hace
reportes muy selectivos y no publica estas noticias. Nosotros deberíamos
apreciar lo bueno y criticar lo malo con el mismo criterio que utilizamos para
juzgar a cualquier otro país del mundo, y no deberíamos separar al responsable y
altruista Estado de Israel para la dura condena.
Una vez que juzgamos al Estado de Israel de acuerdo a sus propios
méritos, podemos ver a una nación que está haciendo inmensos aportes en
investigación y desarrollo, en ayuda humanitaria, en innovación y originalidad,
en ayudar a ciudadanos de todas las religiones y en ayudar a personas de todo el
mundo. Cuando hubo desastres naturales, Israel envió ayuda a Turquía, Haití,
Japón y muchas otras naciones.
Israel debería ser alabado – no condenado – por sus
esfuerzos.
Los insto a reflexionar sobre los hechos objetivos, sin rencores
políticos y diplomáticos. Los remito a un grupo de mapas (material en inglés) que muestran la evolución de Medio Oriente, a
25 breves respuestas a preguntas difíciles sobre Israel (material en inglés), y a una
cartilla de información llamada "Israel".
Fuente:
Aishlatino.com
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