Era de noche, y me estaba despertando poco a poco, sentía que algo estaba a punto de ocurrir, y me fui a mi sala con angustia. Al acercarme a la ventana pude observar, como en cámara lenta por 3 segundos, que habían múltiples rayos como saliendo de la tierra, y estos eran colores celestes y azules, terminando con rayos de diferentes colores que se dirigían al centro de los cielos pero lo más extraño era que no hubo ningún sonido. Yo pude identificar en ese momento que el Señor estaba haciendo un llamado a su iglesia y grite “Señor Señor, llévame, llévame” pero no fue así.
Observe la luna y esta comenzó a teñirse de naranja y rojo oscuro, la luz de la luna se había ido, y la noche se transformo en oscuridad con luz rojiza, con esto pude comprobar que había sido el rapto. La luna comenzaba a irse porque iba a amanecer, pero tan pronto se fue, regreso y el tiempo ya no era el mismo. El día duraba apenas la mitad, como si fueran 12 horas, envés de 24 horas, pero no se lograba notar la diferencia entre el día y la noche, solo supe que había pasado un día por la luna.
Una parte de mi se había ido, me sentía totalmente desprotegido y a merced de cualquier ataque enemigo. Pude observar familiares y amigos dentro de mi sueño y que ellos también se horrorizaban.
Cuando me desperté, quede asustado porque yo me quedaba del rapto, pero mientras trataba de recordar el sueño para escribirlo, él Señor me dio a entender que era necesario quedarme para que pueda sentir y hablar, de cuan terrible puede ser quedarse en la tierra. Él dijo “Yo estoy viniendo a salvar mi iglesia, como ladrón en la noche vendré, a salvar a aquellos que me están esperando”.
2 Tes.
2:2 que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.
1 Tes.
5:2 Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche
Mateo
24:27 Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.
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