viernes, 9 de marzo de 2012

El Aposto San Pablo fué Pre-tribulacionista. Jack Kelley

Pablo Fue Pretribulacionista
Un Comentario Bíblico por Jack Kelley
Este artículo no tiene la intención de ser un estudio completo sobre 2 Tesalonicenses 2. En vez de ello, yo quiero demostrar que Pablo tuvo que haberles enseñado a los tesalonicenses que el rapto de la Iglesia sería antes de los juicios de los tiempos del fin. Piense en esto como un complemento a su estudio de 1 y 2 Tesalonicenses.
En la mayoría de los registros Pablo permaneció en Tesalónica durante casi tres semanas, tiempo que aprovechó para fundar una Iglesia y enseñarles las doctrinas de la salvación y la santificación, la Trinidad, la naturaleza del hombre, la seguridad del perdón, y el Día del Señor. Después que partió, él continuó enseñándoles por medio de su primera carta, escrita en Corinto en el año 51 d.C., en la que introdujo la doctrina del Rapto (1 Tesalonicenses 4:16-17). Un corto tiempo después de haber recibido esa carta, ellos recibieron otra carta que parecía provenir de él, que anunciaba que el Día del Señor ya había llegado. Los tesalonicenses reaccionaron con temor y confusión e inmediatamente buscaron una aclaración.
Ahora bien, hermanos, en cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y a nuestra reunión con él, les pedimos que no pierdan la cabeza ni se alarmen por ciertas profecías, ni por mensajes orales o escritos supuestamente nuestros, que digan: «¡Ya llegó el día del Señor!» No se dejen engañar de ninguna manera, porque primero tiene que llegar la rebelión contra Dios y manifestarse el hombre de maldad, el destructor por naturaleza
(2 Tesalonicenses 2:1-3).
De la respuesta de Pablo queda claro que esa carta había sido una falsificación, enviada por alguien que pretendía ser él y diseñada para atemorizarlos. Y funcionó. Las palabras griegas para perder la cabeza y alarmar literalmente significan agitar, incitar, y atemorizar. Algo en esa carta había contradicho lo que Pablo les había enseñado en su primera carta, y estaban disgustados. Al leer 2 Tesalonicenses 2:1-3 podemos ver que esa falsificación debió haber puesto en duda las enseñanzas de Pablo sobre los eventos que llevan al Día del Señor. Esa es la única explicación lógica para escribir su segunda carta a los tesalonicenses.
Observen que desde el inicio Pablo separa la venida del Señor, de nuestra reunión con Él. Eso es porque son dos eventos diferentes. No podemos coordinar el tiempo relativo para esto, pero sí podemos decir que no son el mismo evento. Un evento es cuando Él desciende a la Tierra, mientras que por 1 Tesalonicenses 4:16-17 sabemos que ese es otro evento con el cual subiremos para encontrarnos con Él en el aire y de allí continuar al cielo. La Segunda Venida será presenciada por todos (Mateo 24:30), pero el Rapto es una desaparición instantánea (1 Corintios 15:51-52) que sucede sin previo aviso.
Todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos
Esta cita de Romanos 15:4 nos dice que Pablo no solamente les estaba escribiendo a los creyentes de Tesalónica, sino que Él también estaba escribiendo para nosotros. Piense en ello. El Día del Señor es un término que siempre se refiere a los tiempos finales y con más frecuencia a la Gran Tribulación. Si Pablo les hubiese enseñado a esperar un Rapto para después de la tribulación, ¿se habrían ellos agitado y atemorizado después de haber recibido una carta falsa? ¡No! Lo más seguro es que les hubiera hecho pensar que la Segunda Venida estaba a unos años por suceder y muchos de ellos estarían vivos para verla.
La única justificación para su temor y confusión habría sido si Pablo les hubiese enseñado un Rapto pretribulacional, o sea, antes de la tribulación. En este último caso una carta diciéndoles que el Día del Señor había llegado habría significado que habían perdido el Rapto, y eso quería decir que no eran salvos. Ahora podemos ver porqué estaban agitados, furiosos y temerosos. Imagínese cómo se sentiría usted en una situación como esa.
Pero Pablo habló de una rebelión (caída, apostasía) en 2 Tesalonicenses 2:3 que precedería el Día del Señor. La palabra griega traducida de rebelión, es apostasía. Significa que las personas van a abandonar algo de lo que ellas mismas antes se consideraban ser parte y el contexto implica que eso es la Iglesia. Uno no puede caer de algo a menos que primeramente piense que es parte de ello. Pero los verdaderos creyentes no pueden caer del todo. Por lo tanto, esta rebelión o apostasía se tiene que manifestar a sí misma en lo que queda de la Iglesia después que el Rapto ha removido a los verdaderos creyentes.
No se confundan ustedes sobre esto. Nosotros vemos creyentes de nombre nada más que se apartan de las iglesias tradicionales para unirse a la Iglesia Emergente que nos está rodeando por todas partes; pero la rebelión es tanto una actitud como una acción y estas personas no creen que están siendo rebeldes a Dios. Se ven ellas mismas como que pertenecen a la Iglesia. De hecho, piensan que son la mejor parte de ella. Lejos de ser rebeldes, se llaman a sí mismas seguidoras de Cristo, no solamente creyentes en Él, y hacedoras de la palabra, no solamente oidoras. No van a las iglesias el domingo para escuchar los mismos y aburridos mensajes sobre el pecado y la salvación ni encaminándose hacia el frente para nacer de nuevo. No. Ellas están allá fuera, en el mundo, creyendo que lo están cambiando para Cristo.
Estos seguidores del llamado evangelio social no se dan cuenta que no es lo que uno hace para el Señor lo que cuenta, sino creer en que Él ya lo hizo por nosotros. La única obra que el Señor requiere de nosotros es que creamos en Aquel que Él envió (Juan 6:19). Esto significa creer que Dios escogió enviar a Su Hijo a la Tierra para morir por nuestros pecados para que así podamos escoger vivir con Él en la eternidad (Juan 3:16). Las justas obras de miles de vidas nunca serán suficientes para reemplazar esa creencia.
Cuando todos estos creyentes de nombre nada más descubran que hemos desaparecido y que fueron dejados atrás, entonces es cuando se rebelarán en contra de Dios para unirse al lado contrario. Ya para cuando el anticristo hace su declaración de divinidad, todo el mundo le seguirá (Apocalipsis 13:8) y ellos estarán situados al mismo frente.
Los tiempos del fin según Pablo
Después del Rapto y la caída de los creyentes de nombre nada más en su falsa religión mundial, el anticristo será revelado por lo que realmente es al proclamarse ser Dios (2 Tesalonicenses 2:4). Recuerden, la secuencia que Pablo dio fue primero la apostasía, y luego la aparición del hombre de pecado.
Pablo confirmó esta secuencia en 2 Tesalonicenses 2:7-8, al decir que al presente hay quien lo detiene. Después que esa influencia sea quitada del camino el anticristo será revelado. Quien lo detiene es el Espíritu Santo, sellado en la Iglesia. Después del Rapto, el Espíritu Santo será quitado de en medio, la rebelión se llevará a cabo, y el anticristo será revelado. Todas estas cosas no pueden suceder sino hasta que la Iglesia se haya ido.
Lo más probable es que para ese entonces el anticristo ya haya dado a conocer como un gran estadista y líder, pero al declararse a sí mismo ser Dios, él estará reclamando el Planeta Tierra. Esta declaración disparará la Gran Tribulación (Mateo 14:15-21) la cual estará acompañada por toda clase de milagros falsos, y señales y prodigios que engañarán a todas aquellas personas que han caído al creer que finalmente han encontrado la verdad. Pero en la realidad estas personas habrán rechazado la verdad y abrazado una mentira. Al final de la Gran Tribulación el Señor retornará para derrocar al anticristo y destruirlo con el resplandor de Su venida y todas aquellas personas que han creído la mentira perecerán también (2 Tesalonicenses 2:9-12).
En sus cartas a los Tesalonicenses Pablo no reveló el momento exacto del Rapto excepto al relacionarlo con estos otros eventos. Puede ser una de las cosas que a él se le prohibió hablar (2 Corintios 12:4). Todo lo que sabemos es que, por Sus propios motivos, el Señor nunca nos ha dado una fecha específica para el Rapto. Pero al estudiar cuidadosamente los pasajes que lo describen y manteniendo el concepto de que la Biblia no se contradice a sí misma, el creyente astuto puede obedecer el mandamiento de “conocer los tiempos y las ocasiones” y armar con alguna seguridad la secuencia de los eventos. Pablo criticó a los Tesalonicenses por no poder darse cuenta de esto en ese entonces (2 Tesalonicenses 2:5) y aún criticará más fuertemente a la iglesia hoy en día por la misma razón.
Título Original: Paul Was Pre-Trib
Traducido por Walter Reiche-Berger

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