Hermanos, quiero compartirles este sueño que tuve el día 27 de mayo del 2009. Soñé que mi papá (inconverso actualmente), mi hermana (de 12 años, recién convertida) y yo, huíamos de alguien o de algo, no sé de qué pero tampoco éramos los únicos, habían más personas huyendo con nosotros, íbamos así en grupo, era de noche y una persona ‘x’ nos daba indicaciones hacia dónde y cómo pasar a otro lado de una enorme casa que parecía más bien un laberinto con muchos muros y paredes; ésta persona, nos dió la orden y todos corrimos y nos dispersamos por diferentes lugares, y yo corría con mi hermana de la mano, pero nos perdimos de nuestro papá y nos dimos cuenta de que estábamos solas y estábamos perdidas. Pero entonces yo sentí la confianza de saber que íbamos por el camino correcto hacia la salida de esa casa y quienes se habían perdido eran los que eran guiados por esa persona mencionada anteriormente.
Jalé de la mano a mi hermana y seguíamos corriendo hasta que topamos con otros muros y nos ocultamos detrás de ellos porque vi soldados armados del ejército, se movían de un lado a otro apuntando, listos para disparar a cualquier cosa, cuidando que nadie cruzara por ese camino por donde ellos estaban. Ahí comprendí que sí era el camino correcto para salir de ahí hacia al otro lado, pero no podía salir por ahí porque estaban resguardado por esos soldados.
Empecé a orar y a pedirle a Dios que no permitiera que ellos nos vieran, sentí la confianza de Dios y entonces pasamos corriendo frente a ellos; y yo veía en sus ojos que ellos nos veían pasando frente a sus narices, y nosotras corríamos cruzando esa cuadra llena de soldados que yo los veía ir y venir frente a nosotros pero cuando estaban muy cerca de nosotros, se giraban al otro lado, tal como si estuvieran disimulando que no nos veían, como si fingieran no vernos que hasta por un momento pensé: ‘¿estarán haciéndolo a propósito?, ¿estarán a nuestro favor?’. Pero entonces recordé mi oración y supe que era Dios quien cegaba a estos soldados.
Pasamos al otro lado sin problemas, seguíamos corriendo ya que por ese lado ya no había guardias, estaban las calles solas, hasta que vi un grupito de gente reunida a los lejos y sentí un poco de miedo pero reconocí que ahí estaba mi papá, y que con él estaban las otras personas que había salido por otras salidas. Nos fuimos a una central de autobuses de una ciudad (Iguala Gro - México) que está a una hora de distancia de donde yo vivo (Teloloapan Gro) para tomar un autobús, aunque no sé a qué destino iríamos.
Jalé de la mano a mi hermana y seguíamos corriendo hasta que topamos con otros muros y nos ocultamos detrás de ellos porque vi soldados armados del ejército, se movían de un lado a otro apuntando, listos para disparar a cualquier cosa, cuidando que nadie cruzara por ese camino por donde ellos estaban. Ahí comprendí que sí era el camino correcto para salir de ahí hacia al otro lado, pero no podía salir por ahí porque estaban resguardado por esos soldados.
Empecé a orar y a pedirle a Dios que no permitiera que ellos nos vieran, sentí la confianza de Dios y entonces pasamos corriendo frente a ellos; y yo veía en sus ojos que ellos nos veían pasando frente a sus narices, y nosotras corríamos cruzando esa cuadra llena de soldados que yo los veía ir y venir frente a nosotros pero cuando estaban muy cerca de nosotros, se giraban al otro lado, tal como si estuvieran disimulando que no nos veían, como si fingieran no vernos que hasta por un momento pensé: ‘¿estarán haciéndolo a propósito?, ¿estarán a nuestro favor?’. Pero entonces recordé mi oración y supe que era Dios quien cegaba a estos soldados.
Pasamos al otro lado sin problemas, seguíamos corriendo ya que por ese lado ya no había guardias, estaban las calles solas, hasta que vi un grupito de gente reunida a los lejos y sentí un poco de miedo pero reconocí que ahí estaba mi papá, y que con él estaban las otras personas que había salido por otras salidas. Nos fuimos a una central de autobuses de una ciudad (Iguala Gro - México) que está a una hora de distancia de donde yo vivo (Teloloapan Gro) para tomar un autobús, aunque no sé a qué destino iríamos.
En mi sueño, la central de autobuses de la ciudad de Iguala no era la misma que es actualmente (año 2009). Esta parecía más moderna, llena de luces y tiendas grandes que más bien daban una fachada de un cine o una feria, con mucho glamour. Estábamos muy impresionados de tanta atracción y mi hermana vio un puesto de dulces y pidió que le compráramos dulces, mi papá nos dió dinero para ir a comprárselos y aprovechar para comprar los boletos, mientras él iba a buscar algo para cenar. Fuimos y nos atendió una muchacha rubia, muy amable, carismática y alegre. Cuando me cobró yo le pagué con un billete de 50 pesos por unos chocolates, y ella cuando me dió el cambio, puso sobre el mostrador varias monedas de diferentes tamaños cada una según su valor (las grandes valían más), eran unas monedas color gris oscuro casi negras, todas eran iguales solo cambiaban de tamaño por el valor y se distinguían claramente las letras, dibujos y símbolos. Desde el primer momento en que las vi en mi mente me dije: ‘¡Son satánicas!’.
La muchacha al ver que yo no las agarraba y las veía con desconfianza, puso su dedo índice sobre la moneda más grande de todas y me dijo: "Son las nuevas monedas de este tiempo".
Yo tomé una, la que ella había señalado y la observé, tenía enfrente un rostro de hombre y alrededor letras o símbolos que no quise leer porque lo consideré peligroso, sentí que era algo así como una maldición si las leía, sabía que las frases que estaban ahí escritas eran peligrosas, me daba la sensación que era algo así como oraciones o conjuros si las leía. Giré la moneda para ver el lado de atrás y vi otro símbolo, era una bestia que parecía murciélago con sus alas extendidas y más letras alrededor. Me dirigí a la muchacha y sorpresivamente le dije: "¡Estas monedas son satánicas!". Sentí que debía decírselo, ¿que no se daban cuenta de tan horripilantes dibujos? ¡era muy obvios! (Aunque ahora lo pienso y eran obvios para mí pero no para los que no conocen de la Biblia).
La muchacha disimuló su risa y muy amable me dijo: "No, no son satánicas, son las nuevas monedas de este gobierno que está ahora". Como si quisiera sacarme de un error.
La muchacha al ver que yo no las agarraba y las veía con desconfianza, puso su dedo índice sobre la moneda más grande de todas y me dijo: "Son las nuevas monedas de este tiempo".
Yo tomé una, la que ella había señalado y la observé, tenía enfrente un rostro de hombre y alrededor letras o símbolos que no quise leer porque lo consideré peligroso, sentí que era algo así como una maldición si las leía, sabía que las frases que estaban ahí escritas eran peligrosas, me daba la sensación que era algo así como oraciones o conjuros si las leía. Giré la moneda para ver el lado de atrás y vi otro símbolo, era una bestia que parecía murciélago con sus alas extendidas y más letras alrededor. Me dirigí a la muchacha y sorpresivamente le dije: "¡Estas monedas son satánicas!". Sentí que debía decírselo, ¿que no se daban cuenta de tan horripilantes dibujos? ¡era muy obvios! (Aunque ahora lo pienso y eran obvios para mí pero no para los que no conocen de la Biblia).
La muchacha disimuló su risa y muy amable me dijo: "No, no son satánicas, son las nuevas monedas de este gobierno que está ahora". Como si quisiera sacarme de un error.
Yo me di cuenta que era inútil, no me entendería, amablemente le dije: Pero... ¿no podrás darme de las monedas anteriores? ¿o esas ya no son recibidas?. Ella contestó: “Si, claro que sí, aún se están recibiendo, apenas están comenzando los cambios”. Y ella, me dió mi cambio en monedas actuales que se conocen hoy en día.
Mientras nos íbamos a buscar a mi papá, iba pensando dentro de mí: "Tengo que avisarle a mi mamá de esto; en Teloloapan todavía no se conocen estas monedas, eso quiere decir que no falta mucho para que empiecen a llegar allá" (Sabiendo que estábamos a una hora de distancia solamente).
Ahí desperté y empecé a escribir este sueño, sabiendo que venía de Dios y hasta hoy lo comparto a la gente, ya que nunca se lo platiqué a nadie, creo que Dios tenía este propósito, pues desde esa fecha lo presentí así. Quiero decirles que yo no asisto a ninguna congregación (por lo mismo de que mis papás son inconversos y me tienen estrictamente prohibido) y no conozco mucho de estas cosas. Lo que he aprendido es por gracia de Dios y por las páginas de internet como ésta que es donde yo leo predicaciones y devocionales.
Carmen
México
Mientras nos íbamos a buscar a mi papá, iba pensando dentro de mí: "Tengo que avisarle a mi mamá de esto; en Teloloapan todavía no se conocen estas monedas, eso quiere decir que no falta mucho para que empiecen a llegar allá" (Sabiendo que estábamos a una hora de distancia solamente).
Ahí desperté y empecé a escribir este sueño, sabiendo que venía de Dios y hasta hoy lo comparto a la gente, ya que nunca se lo platiqué a nadie, creo que Dios tenía este propósito, pues desde esa fecha lo presentí así. Quiero decirles que yo no asisto a ninguna congregación (por lo mismo de que mis papás son inconversos y me tienen estrictamente prohibido) y no conozco mucho de estas cosas. Lo que he aprendido es por gracia de Dios y por las páginas de internet como ésta que es donde yo leo predicaciones y devocionales.
Carmen
México
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