Un milagro ocurrió después
El niño estuvo internado varias semanas y al regresar a casa, aún tenía la malformación en el cerebro, por eso corría riesgo de un nuevo ACV. Fue evaluado con frecuencia, pero en febrero del 2012, los médicos y los padres de Jacob quedaron sorprendidos: la malformación había desaparecido sin dejar rastro.
El pequeño sufrió un ataque cerebral a los 15 días de haber nacido, debido a una malformación, y fue sometido a una riesgosa cirugía de seis horas para drenar la sangre del cerebro. "El niño podía morir durante el procedimiento, pero había que intentarlo", dijo el Dr. Desiderio Rodrigues, del Birmimgham Children’s Hospital.
Ahora camina y habla
A pesar de las predicciones de los médicos, al cumplir un año, en julio de 2012, Jacob dio sus primeros pasos, y también está aprendiendo a hablar. "Es impresionante. Estamos muy orgullosos de él. Siempre pienso en todo lo que atravesó él", comenta Hayley Leon, la madre del pequeño.
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