Estudio científico la Humanidad, así como toda la flora y fauna de la Tierra, degenerarán en organismos unicelulares como consecuencia de la evolución física del Sol
En unos 2.800 millones de años toda la vida biológica en la Tierra morirá como consecuencia de la entrada del Sol en la fase final de su existencia". A esta conclusión llegaron los investigadores escoceses de la Universidad de St Andrews, que publicaron los resultados de su estudio en la influyente revista británica ‘New Scientist’, revelando que la última vida en nuestro planeta perecerá en 2.800 millones de años.
"En unos 2.800 millones de años toda la vida biológica en la Tierra morirá como consecuencia de la entrada del Sol en la fase final de su existencia, que será acompañada por un aumento drástico de su volumen, que hasta le hará convertirse en una gigante roja", precisa el jefe de la investigación, Jack O'Malley-James. Llega la "era de decadencia"
Pero previamente al hecho, "en unos 1.800 millones años, estos cambios en el Sol transformarán a todos los seres vivos, incluso a los humanos", sostuvo el experto. De acuerdo al científico, en busca de determinar las formas biológicas de la "era de decadencia de la vida", en la Tierra se han aplicado modelos matemáticos que analizan la dinámica del entorno ecológico bajo los efectos de los desastres naturales, relacionados con el Sol.
"El desarrollo de la vida en el planeta transcurrió de lo simple a lo complejo, y luego, tal vez, vaya en la dirección opuesta". "Al final hemos llegado a un resultado sorprendente: en el futuro, aunque muy lejano, los únicos habitantes de nuestro planeta serán organismos unicelulares que flotarán en las cuencas aisladas con agua salada y caliente", afirmó el científico, apuntando que son ellos los que se convertirán en los "herederos biológicos del hombre".
"Al parecer, hay necesidad de una nueva visión del ciclo vital en la Tierra”, comentó Euan Monaghan, investigador de la Universidad Abierta de la ciudad británica de Milton Keynes. “El desarrollo de la vida en el planeta transcurrió de lo simple a lo complejo, y luego, tal vez, vaya en la dirección opuesta: de lo complejo a lo simple. Todo depende del medio ambiente", concluyó el experto.
A las puertas del año 2013, los científicos de todo el mundo se plantean la posibilidad de que la Tierra sea azotada por erupciones solares de gran tamaño. Dichas erupciones podrían bloquear las telecomunicaciones, los servicios de GPS, las redes eléctricas…
Hasta ahora nos encontrábamos sumergidos en un mínimo solar que empezó a sentirse en 2008 y del que empezábamos a salir el pasado año. Ahora, los científicos de todo el mundo creen que el Sol está entrando en una etapa de “gran actividad”, donde las tormentas solares son más frecuentes y de mayor intensidad. Esto no quiere decir que necesariamente deban producirse dichas tormentas, sino que existe la probabilidad de que ocurran.
Para ello, durante los últimos meses, han estado preparando un “plan de contingencia” por si se diera el caso. Sería algo así como tener a los bomberos preparados a principios de verano: no tienen por qué producirse incendios de gran importancia, pero si se producen y no hay un equipo preparado para afrontarlos, puede desencadenarse una catástrofe.
http://www.rafaela.com
En unos 2.800 millones de años toda la vida biológica en la Tierra morirá como consecuencia de la entrada del Sol en la fase final de su existencia". A esta conclusión llegaron los investigadores escoceses de la Universidad de St Andrews, que publicaron los resultados de su estudio en la influyente revista británica ‘New Scientist’, revelando que la última vida en nuestro planeta perecerá en 2.800 millones de años.
"En unos 2.800 millones de años toda la vida biológica en la Tierra morirá como consecuencia de la entrada del Sol en la fase final de su existencia, que será acompañada por un aumento drástico de su volumen, que hasta le hará convertirse en una gigante roja", precisa el jefe de la investigación, Jack O'Malley-James. Llega la "era de decadencia"
Pero previamente al hecho, "en unos 1.800 millones años, estos cambios en el Sol transformarán a todos los seres vivos, incluso a los humanos", sostuvo el experto. De acuerdo al científico, en busca de determinar las formas biológicas de la "era de decadencia de la vida", en la Tierra se han aplicado modelos matemáticos que analizan la dinámica del entorno ecológico bajo los efectos de los desastres naturales, relacionados con el Sol.
"El desarrollo de la vida en el planeta transcurrió de lo simple a lo complejo, y luego, tal vez, vaya en la dirección opuesta". "Al final hemos llegado a un resultado sorprendente: en el futuro, aunque muy lejano, los únicos habitantes de nuestro planeta serán organismos unicelulares que flotarán en las cuencas aisladas con agua salada y caliente", afirmó el científico, apuntando que son ellos los que se convertirán en los "herederos biológicos del hombre".
"Al parecer, hay necesidad de una nueva visión del ciclo vital en la Tierra”, comentó Euan Monaghan, investigador de la Universidad Abierta de la ciudad británica de Milton Keynes. “El desarrollo de la vida en el planeta transcurrió de lo simple a lo complejo, y luego, tal vez, vaya en la dirección opuesta: de lo complejo a lo simple. Todo depende del medio ambiente", concluyó el experto.
A las puertas del año 2013, los científicos de todo el mundo se plantean la posibilidad de que la Tierra sea azotada por erupciones solares de gran tamaño. Dichas erupciones podrían bloquear las telecomunicaciones, los servicios de GPS, las redes eléctricas…
Hasta ahora nos encontrábamos sumergidos en un mínimo solar que empezó a sentirse en 2008 y del que empezábamos a salir el pasado año. Ahora, los científicos de todo el mundo creen que el Sol está entrando en una etapa de “gran actividad”, donde las tormentas solares son más frecuentes y de mayor intensidad. Esto no quiere decir que necesariamente deban producirse dichas tormentas, sino que existe la probabilidad de que ocurran.
Para ello, durante los últimos meses, han estado preparando un “plan de contingencia” por si se diera el caso. Sería algo así como tener a los bomberos preparados a principios de verano: no tienen por qué producirse incendios de gran importancia, pero si se producen y no hay un equipo preparado para afrontarlos, puede desencadenarse una catástrofe.
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