diputado israelí, Zevulún Orlev, actualmente del partido religioso
ultraderechista «Hogar Judío», propuso reformas urgentes, incluidas nuevas leyes
básicas con el fin de construir un Tercer Templo en Jerusalén.
Orlev publicó un artículo en el semanario hebreo Olam Katán, titulado «Reforma Interna y Legislativa», con el argumento de que el Tercer Templo debe ser reconstruido en Jerusalén y que serán necesarios «cambios fundamentales» en la sociedad y el Gobierno israelí para que el emprendimiento tenga éxito.
Además, Orlev propuso una «reforma espiritual» y la creación de un grupo de especialistas religiosos capaces de realizar el trabajo de construir el Templo.
El parlamentario nacionalista religioso sostuvo que el Gobierno debe ser «democrático» al respecto.
«Será necesario derrotar a los movimientos que se oponen, superar a partidos y ONGs de izquierda, a medios de comunicación laicos, e ignorar a economistas que dicen que se trata de un derroche de dinero público», afirmó.
Para evitar el recurso a la Corte Suprema de Justicia, Orlev abogó por la adopción de una nueva ley básica que asegure la financiación y los recursos humanos necesarios, además de proteger el proyecto del Tercer Templo de las críticas.
«La ley también protegerá el diseño del Tercer Templo, las acusaciones de discriminación, la desigualdad de condiciones de las mujeres en el Templo y la crueldad contra animales en ofrecer sacrificios», continuó Orlev.
El parlamentario reconoció que para eliminar el impedimento religioso y político a su proyecto, es decir, la presencia de las mezquitas de Al-Aksa y la Cúpula de la Roca sobre el Monte del Templo, significaría que «mil millones de musulmanes en el mundo sin duda harían una guerra mundial».
«Sin embargo», agregó, «todo lo que es político es temporal y no genera estabilidad» y que recientemente fue testigo de dramáticos cambios políticos en muchos países árabes.
Orlev publicó un artículo en el semanario hebreo Olam Katán, titulado «Reforma Interna y Legislativa», con el argumento de que el Tercer Templo debe ser reconstruido en Jerusalén y que serán necesarios «cambios fundamentales» en la sociedad y el Gobierno israelí para que el emprendimiento tenga éxito.
Además, Orlev propuso una «reforma espiritual» y la creación de un grupo de especialistas religiosos capaces de realizar el trabajo de construir el Templo.
El parlamentario nacionalista religioso sostuvo que el Gobierno debe ser «democrático» al respecto.
«Será necesario derrotar a los movimientos que se oponen, superar a partidos y ONGs de izquierda, a medios de comunicación laicos, e ignorar a economistas que dicen que se trata de un derroche de dinero público», afirmó.
Para evitar el recurso a la Corte Suprema de Justicia, Orlev abogó por la adopción de una nueva ley básica que asegure la financiación y los recursos humanos necesarios, además de proteger el proyecto del Tercer Templo de las críticas.
«La ley también protegerá el diseño del Tercer Templo, las acusaciones de discriminación, la desigualdad de condiciones de las mujeres en el Templo y la crueldad contra animales en ofrecer sacrificios», continuó Orlev.
El parlamentario reconoció que para eliminar el impedimento religioso y político a su proyecto, es decir, la presencia de las mezquitas de Al-Aksa y la Cúpula de la Roca sobre el Monte del Templo, significaría que «mil millones de musulmanes en el mundo sin duda harían una guerra mundial».
«Sin embargo», agregó, «todo lo que es político es temporal y no genera estabilidad» y que recientemente fue testigo de dramáticos cambios políticos en muchos países árabes.
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