Sátelites registraron que el nivel de agua dulce en esos ríos bajó en los últimos siete años. La merma más grande se dio en 2007 producto de una sequía que azotó a la región.
Un estudio de científicos de la Universidad de California, el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA y el Centro Nacional de Búsquedas Atmosféricas detectó una gran pérdida de agua dulce en los ríos Tigris y Éufrates, que atraviesan Irak, Irán, Turquía y Siria. Esta pérdida en las reservas de agua dulce se dio en un periodo de siete años, y se estima que representa la cantidad que posee el Mar Muerto.
El director de la investigación, Jay Famiglietti, afirmó que "es una cantidad de agua suficiente para satisfacer las necesidades de decenas de millones hasta más de un millón de personas en la región cada año, dependiendo de las normas de uso regional y la disponibilidad”.
Este grupo de investigación llegó a estas conclusiones gracias a los datos recolectados por los satélites GRACE de la NASA, que verifican las reservas de agua del mundo.
"Los datos de GRACE mostraron un índice alarmante de descenso en el almacenamiento total de agua en el Tigris y Éufrates, que actualmente poseen la segunda tasa de pérdida más rápida de aguas subterráneas de la Tierra después de India", sintetizó Famiglietti.
Según las conclusiones de los investigadores, esta pérdida se debe a la sequía registrada en 2007, que secó el suelo y las acumulaciones de nieve, y bajó el agua de la superficie de los lagos.
El bombeo de agua subterránea, que por lo general aumenta después de las sequías generó el 60 por ciento de la disminución. Solamente Irak perforó mil pozos en respuesta a la sequía.
"El porcentaje (de pérdida) fue especialmente notable tras la sequía de 2007. Durante este periodo, la demanda de agua dulce continúa aumentando y la región no coordina la gestión de su agua a causa de las diferentes interpretaciones de las leyes internacionales", afirmó.
Un estudio de científicos de la Universidad de California, el Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA y el Centro Nacional de Búsquedas Atmosféricas detectó una gran pérdida de agua dulce en los ríos Tigris y Éufrates, que atraviesan Irak, Irán, Turquía y Siria. Esta pérdida en las reservas de agua dulce se dio en un periodo de siete años, y se estima que representa la cantidad que posee el Mar Muerto.
El director de la investigación, Jay Famiglietti, afirmó que "es una cantidad de agua suficiente para satisfacer las necesidades de decenas de millones hasta más de un millón de personas en la región cada año, dependiendo de las normas de uso regional y la disponibilidad”.
Este grupo de investigación llegó a estas conclusiones gracias a los datos recolectados por los satélites GRACE de la NASA, que verifican las reservas de agua del mundo.
"Los datos de GRACE mostraron un índice alarmante de descenso en el almacenamiento total de agua en el Tigris y Éufrates, que actualmente poseen la segunda tasa de pérdida más rápida de aguas subterráneas de la Tierra después de India", sintetizó Famiglietti.
Según las conclusiones de los investigadores, esta pérdida se debe a la sequía registrada en 2007, que secó el suelo y las acumulaciones de nieve, y bajó el agua de la superficie de los lagos.
El bombeo de agua subterránea, que por lo general aumenta después de las sequías generó el 60 por ciento de la disminución. Solamente Irak perforó mil pozos en respuesta a la sequía.
"El porcentaje (de pérdida) fue especialmente notable tras la sequía de 2007. Durante este periodo, la demanda de agua dulce continúa aumentando y la región no coordina la gestión de su agua a causa de las diferentes interpretaciones de las leyes internacionales", afirmó.
teleSUR-afp/bs - FC
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