Científicos advierten que China anunciará en pocos días el lanzamiento de su proyectil Dong Neng-2 contra naves espaciales. El Pentágono pidió transparencia en su capacidad militar
El Pentágono emitió un comunicado: “Estamos siguiendo de cerca el desarrollo de las Fuerzas Armadas de China y pedimos a las autoridades de ese país que muestren una mayor transparencia acerca de sus capacidades e intenciones”.
Según las previsiones de científicos especialistas de Estados Unidos, China podría lanzar el misil antisatélite Dong Ning-2 en las próximas semanas, tras haber sido pospuesta la prueba un año atrás. Estiman que la altura de destrucción del cohete podría superar unos 22.000 kilómetros.
En enero de 2007, China realizó el primer lanzamiento de un misil de ese tipo, que destruyó la vida útil de un satélite meteorológico a una altitud de 558 kilómetros. Según un artículo de Rusia Today, miles de fragmentos de esa explosión todavía están en órbita y significan una amenaza para las naves espaciales.
Una segunda prueba se realizó en enero de 2010 con un doble objetivo: comprobar sus capacidades antisatélites y antimisiles.
Mientras tanto, otras informaciones aseguran que China está desarrollando otras tecnologías en total secreto, incluyendo equipos de interferencias electrónicas y electromagnéticas contra satélites de posibles rivales y el uso de rayos láser para destruir objetivos espaciales.
Crédito foto: AP
El Pentágono emitió un comunicado: “Estamos siguiendo de cerca el desarrollo de las Fuerzas Armadas de China y pedimos a las autoridades de ese país que muestren una mayor transparencia acerca de sus capacidades e intenciones”.
Según las previsiones de científicos especialistas de Estados Unidos, China podría lanzar el misil antisatélite Dong Ning-2 en las próximas semanas, tras haber sido pospuesta la prueba un año atrás. Estiman que la altura de destrucción del cohete podría superar unos 22.000 kilómetros.
En enero de 2007, China realizó el primer lanzamiento de un misil de ese tipo, que destruyó la vida útil de un satélite meteorológico a una altitud de 558 kilómetros. Según un artículo de Rusia Today, miles de fragmentos de esa explosión todavía están en órbita y significan una amenaza para las naves espaciales.
Una segunda prueba se realizó en enero de 2010 con un doble objetivo: comprobar sus capacidades antisatélites y antimisiles.
Mientras tanto, otras informaciones aseguran que China está desarrollando otras tecnologías en total secreto, incluyendo equipos de interferencias electrónicas y electromagnéticas contra satélites de posibles rivales y el uso de rayos láser para destruir objetivos espaciales.
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