martes, 17 de julio de 2012

El calentamiento global y las inundaciones que azotan al planeta


Meteorólogos de Rusia advierten que Ucrania podría ser el próximo país que sufra las consecuencias de las temporadas de lluvias torrenciales anómalas.

A comienzos de julio, la furia de los elementos atacó el sur de Rusia, Japón, China, y en estos días, causa estragos en Polonia. En la comunidad científica recobra fuerza el debate sobre si el calentamiento global sea o no, la causa de todos estos cataclismos.

La inundación en la comarca rusa de Krasnodar ocasionó la muerte a más de ciento setenta personas, y hasta ahora, continúa la búsqueda de desaparecidos. En Japón perecieron más de veintiséis personas, doscientos cincuenta mil habitantes fueron evacuados de varias localidades, que posteriormente quedaron destruidas por la ira desatada de los elementos. En China, los aguaceros torrenciales afectaron ocho provincias, en las que continúa la cuenta de los damnificados y muertos. Aunque ya está claro que podría tratarse de decenas y centenas. El sureste de Polonia ha sido azotado también por lluvias incesantes. Todo esto ha ocurrido en el curso de una semana. Pero, ¿están relacionadas estas calamidades con el calentamiento global ?

Hace un par de años, los científicos hablaban, en general, de que no existe ninguna relación, y que el clima está cambiando por la influencia de otros factores. En cualquier caso, la teoría misma del calentamiento global es una buena motivación para estudiar la atmósfera. No importa cómo van a explicar finalmente los científicos lo que sucede, lo principal es que acometan con ahínco el estudio del cataclismo, declaraba Andrei Shmakin, jefe del laboratorio de Climatología del Instituto de Geografía.

—Por primera vez, este asunto fue planteado en los años ochenta del siglo pasado. Es un hecho real de que calentamiento global tiene lugar y que es inevitable. Es posible deliberar sobre las causas, pero calamidades concretas como las inundaciones, las lluvias torrenciales ocurrían también antes y van a seguir sucediendo. Pero, ello no está vinculado, directamente, al calentamiento o al enfriamiento. Ello es consecuencia de la estructura de nuestra atmósfera, afirma Shmakin.

Este año, los brotes de actividad se observaron en las regiones tradicionalmente problemáticas. La geografía de los cataclismos no cambia, aunque se intensifica su fuerza, estima Alexander Golubev, jefe de la sección de fenómenos peligrosos del territorio de Rusia del Centro Hidrometeorológico.

—Así es como se desarrollan los procesos meteorológicos este verano. Ellos son singularmente activos en el sur del territorio europeo, si tomamos a nuestro país, en los distritos federales del Sur y del Cáucaso Norte, donde en verano, bajo la influencia de una convección activa se desarrollan en el día cúmulos de nubes lluviosas, de las que más tarde caen fuertes aguaceros. En lo que respecta a Japón, allí se explica por la influencia de los ciclones que llegan desde el sur y, de tropicales se tornan no tropicales acarreando una gran cantidad de precipitaciones. Esa no es una novedad para esos lugares.

Otra discusión, que comenzó después de los hechos de la semana pasada, se refiere a la necesidad de crear sistemas de advertencia operativa, fundamentalmente a nivel global. Esto se confirma por la situación problemática en el sur de Rusia, en Ucrania y en Polonia, donde las lluvias torrenciales comenzaron casi simultáneamente. En tales casos justamente debe ser organizada en la región la comunicación entre meteorólogos y representantes de los ministerios para Situaciones de Emergencia.

Fuente: La voz de rusia





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