lunes, 26 de enero de 2015

Científicos adelantan el reloj del ‘Juicio Final’

Científicos adelantan el reloj del ‘Juicio Final’
                    

“La probabilidad de una catástrofe global es muy alta” por el avance de la amenaza nuclear y el cambio climático según los expertos (17 premios Nobel entre ellos). El comité del Boletín de Científicos Atómicos advirtió hoy del peligro al que se enfrenta la humanidad por la amenaza nuclear y el cambio climático, y adelantó las manecillas del reloj del «Juicio Final» a tres minutos del fin.
El reloj, que es una imagen figurada en la que la medianoche representa el final, se ha convertido en un indicador universalmente reconocido de la vulnerabilidad del mundo ante las acciones del hombre y el avance de la tecnología. La directora ejecutiva del Boletín, Kennette Benedict, indicó en rueda de prensa en Washington que la modernización de las armas nucleares y el calentamiento global suponen una amenaza «extraordinaria e innegable» para la existencia de la humanidad.
«La probabilidad de una catástrofe global es muy alta», advirtió el grupo de expertos, del que forman parte 17 premios Nobel, que se reúnen anualmente para evaluar el daño que la acción del hombre puede causar en el planeta. Esto llevó a los científicos a adelantar dos minutos el popular reloj del "Juicio Final" (también conocido como el "reloj del Apocalipsis"), desde los cinco en los que se ha mantenido durante los últimos tres años.
ARSENALES ATÓMICOS Los científicos indicaron que los líderes mundiales han fracasado en la reducción de los arsenales atómicos al nivel necesario para garantizar la seguridad de los ciudadanos ante una hipotética catástrofe nuclear. Por el contrario, países como la India, Pakistán o Israel han seguido invirtiendo en mejorar sus armas nucleares, indicó
Sharon Squassoni, miembro del programa de prevención de proliferación del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, quien señaló que EEUU y Rusia no han hecho lo suficiente para reducir su arsenal.  
CALENTAMIENTO GLOBAL El grupo considera que, pese a algunos avances positivos «modestos» en materia climática, como los compromisos de EEUU y China para reducir sus emisiones, no se ha hecho lo suficiente para evitar un calentamiento global, que podría llegar a elevar la temperatura del planeta entre 3 y 8 grados centígrados al final de este siglo, algo que -aseguran- sería «catastrófico» para la Tierra.   AÚN NO ES TARDE Los científicos piden a políticos y a la sociedad que tomen medidas cuanto antes porque, según explicó el profesor Richard Somerville, «todavía no es tarde para actuar para combatir el cambio climático, pero la oportunidad se acaba». El investigador de la Institución Scripps de Oceanografía, de la Universidad de California, recalcó que el cambio climático «no tiene nada que ver con política o ideología, tiene que ver con leyes de la química, la física y la biología, y estas leyes son innegociables». Somerville insistió en que la Ciencia ha demostrado «ampliamente» que la acción del hombre es la causa del calentamiento global, y alertó de que la falta de recursos naturales como el agua por sequías puede ser un factor para avivar conflictos entre naciones.
Los expertos recomiendan que se tomen las medidas necesarias para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, reducir el gasto en programas de modernización de armas nucleares, apuntalar el proceso de desarme nuclear y afrontar el problema de la basura nuclear. «La probabilidad de una catástrofe global es muy alta y debemos tomar las acciones para evitarla. Podemos manejar nuestra tecnología o ser víctimas de ella, la elección es nuestra y el reloj está corriendo», concluyó la directora ejecutiva del
Boletín.   EL RELOJ DEL FIN DEL MUNDO Desde su creación en 1947, el reloj ha sido ajustado 18 veces. La anterior vez que el reloj movió sus manecillas fue en enero de 2012, cuando el minutero avanzó un minuto, de seis a cinco.
La vez que más cerca ha estado de la media noche fue en 1953, cuando Estados Unidos y la entonces Unión Soviética se encontraban inmersos en el desarrollo de la bomba de hidrógeno. Sin embargo, los cambios políticos en el Este de Europa en los años noventa permitieron que el reloj retrasara sus agujas 17 minutos en 1991.
Fuente:Efe WASHINGTON 

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