Saúl Dávila Tórrez*
En las últimas semanas el gobierno norteamericano ha
dado un giro repentino en su política sobre el Medio Oriente, envió nada menos
que a su secretario de Defensa, Chuck Hagel, para reunirse con el primer
ministro israelí Benjamin Netanyahu, y dar “luz verde” a un posible ataque
contra Irán, disipando dudas sembradas el pasado año por la Administración
Obama. Según el diario The Wall Street Journal, el inusitado respaldo al estado
judío, intenta convencer a Irán de que “se enfrenta a una amenaza militar real”,
a medida que continúa rechazando los esfuerzos diplomáticos occidentales para
cesar en su intento de construir armas nucleares.
Hagel destacó que Israel y Estados Unidos están de acuerdo
"completamente" en la política sobre Irán, y que Israel, como Estado soberano,
tiene el derecho de atacar a Irán por su programa de armas de destrucción
masiva. “No hay ninguna brecha entre los Estados Unidos e Israel a la hora de
quitar los reactores nucleares de Irán”, habría dicho Hagel.
Con este objetivo, Estados Unidos ha acordado vender más
equipamiento militar a Israel, incluso aviones cisterna V-22 Osprey de
transporte y reabastecimiento en vuelo, que se usarán en los eventuales ataques.
Hagel insistió en que la venta de armas es para enviar un mensaje a Irán.
Extrañamente, la diplomacia norteamericana cree que la determinación de Israel
de impedir la tenencia de armas nucleares a la nación islámica, y la adquisición
de tecnología militar sofisticada, hará que un ataque de Israel a Irán sea menos
probable.
La política exterior norteamericana a lo largo de la historia
contemporánea ha adolecido de síntomas de “ingenuidad”, ¿será que esta es una
más de ellas? Porque la determinación iraní de borrar del mapa a Israel es
igualmente real. Más aún, cuando en la actualidad Irán se presenta en escenarios
internacionales, pisando fuerte, como un país nuclear, y se ha involucrado
directamente en la guerra civil-militar siria. Ambas naciones islámicas tienen a
potencias como simpatizantes, Rusia y China. En el caso de Rusia, es más que un
simpatizante, es un aliado de Siria, “atacar a Siria es atacar a Rusia”, ha
dicho Putin. A lo largo de la frontera Sirio-Turca los rusos han instalado un
sistema de alerta temprana frente a un ataque a territorio sirio.
Fuentes fidedignas de la agencia de noticias Debka informaron,
el pasado 25 de abril que, cuando Chuck Hagel se disponía a dejar Israel el
martes 23 del mismo mes, fueron filtrados datos reveladores desde Tel Aviv:
“Irán ha cruzado la última línea roja que el primer ministro israelí Benjamin
Netanyahu estableció ante la Asamblea General de la ONU en septiembre pasado,
dijo el ex jefe de inteligencia militar israelí, Amos Yadlin. Ninguna de las
medidas para detener la carrera de Irán para fabricar una bomba nuclear ha
funcionado”, dijo. Asimismo, el político del Likud, Tzahi Hanegbi sugirió que
Israel no tiene más de un mes o dos para detener a un Irán nuclear. De la misma
forma, Ron Dermer, un cercano asesor de Netanyahu y próximo embajador de Israel
en Washington, coincide en que una amenaza existencial para Israel debe contarse
en meses, y que es el momento de actuar contra la capacidad de Irán para
fabricar una bomba nuclear. Finalmente, el general de brigada, Itay Brun informó
que el ejército sirio había empezado a utilizar armas químicas contra las
fuerzas rebeldes, como el sarín y otras sustancias paralizantes.
Todas las “líneas rojas” habían sido sobrepasadas por un
acelerado progreso de Irán hacia un arma nuclear, y por Bashar Assad que,
respaldado por Irán, se burló de la advertencia del presidente de EUA, de que
"la prueba del uso de armas químicas marcaría un cambio en las reglas del
juego”.
El respaldo del gobierno de Obama de un eventual raid de Israel
a Irán, se extiende a posibles ataques israelíes en Siria. Hagel y el ministro
de Defensa israelí, Moshe Yaalon volaron en un helicóptero UH-60 del ejército
israelí Negro Hawk, dentro de los cinco kilómetros de la frontera con Siria, y
aproximadamente a 30 millas de Damasco.
Sin embargo, los comandantes del Ejército de Defensa de Israel,
no parecían estar muy impresionados por los US$ 10.000 millones en armas que el
secretario de Defensa entregó a Israel, según Debka. “Los equipamientos son
útiles, pero no están en lo más alto de su lista de prioridades”. La frialdad se
reflejó en los comentarios de los jefes militares israelíes, que subrayaron la
capacidad de las IDF para hacer frente a las instalaciones nucleares de Irán por
su cuenta, e incluso manejar las consecuencias de este ataque que vinieran en la
forma de una represalia conjunta por parte de Irán, Siria y Hezbolá.
La discrepancia entre Washington y Jerusalén en el tema de un
Irán nuclear estuvo presente en las conversaciones de Hagel en Israel. El
presidente Obama intentó decirle a Israel, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes
Unidos -beneficiarios del nuevo paquete de armas EUA-, que su promesa de impedir
que Irán alcance una bomba nuclear significa que está dispuesto a esperar a que
Teherán haya reunido todos los componentes de un arma nuclear. Por su parte
Israel se niega esperar a que Irán llegue a ese umbral, e insiste en que el
momento de atacar es ahora. La revelación de que Bashar Assad se ha burlado de
la advertencia del presidente de los EUA en contra de la guerra química, ha
llevado a Washington a la posibilidad de una acción militar contra Siria. Esta
ha sido una reacción a las revelaciones de los portavoces israelíes.
Fuentes del World Net Daily –WND en Oriente Medio, dan cuenta
que este último 30 de abril, el Ejército de Israel (Tzahal) lanzó un ejercicio
militar sorpresivo con una división completa y 2 mil soldados de la Reserva a lo
largo de la frontera de Siria y el Líbano, en la parte norte del país. Los
informes señalan que el ensayo de guerra se debe a 3 razones específicas: La
inminencia de que el cruento conflicto en Siria se desborde hacia territorio
judío; la posibilidad de que el grupo terrorista Hezbollah esté en posesión de
armas químicas; y ante las reiteradas amenazas del gobernante de Siria, Al
Aasad, de atacar con armas de destrucción masiva al Estado de Israel.
Las operaciones por parte de Israel, dentro del conflicto
armado, en realidad ya están en ejecución: La inteligencia judía, el Mossad,
está ya trabajando en territorio sirio, como los rebeldes sirios lo han
develado. Los aviones israelíes atacaron más de los dos blancos durante el
bombardeo efectuado el 29 de febrero pasado en Siria, entre ellos una
instalación de armas biológicas que fue destruida por temor a que cayera en
manos de extremistas islámicos ocultos entre las fuerzas de oposición al
presidente Bashar al Assad, según informaron fuentes de Inteligencia de EEUU a
la revista Time.
Ahora bien, iniciadas las hostilidades contra Siria, Israel
realizará incursiones aéreas para anular objetivos vitales del enemigo como
aeropuertos, cuarteles, arsenales de armas químicas (lo que deberá tener un
tratamiento especial), y centros de logística bélica y administrativa del
régimen sirio. Pero su principal función del ejército israelí -Tzahal-, será
proteger sus fronteras por tierra, aire y mar de cualquier ataque enemigo, no
sólo del lado sirio, sino de Irán y Hezbollah. A instancias de gestiones
personales de Barak Obama, el rey de Jordania Abdullah II tomó la decisión de
que Israel utilice su espacio aéreo para controlar la situación en Siria y
atacar instalaciones de armas químicas en el país, según informa el diario
francés Le Figaro en su página web del 22 de abril reciente.
Del otro frente con Irán, el diario Sunday Times refiere que el
jefe del Consejo de Seguridad Nacional israelí, Yaakov Amidror, solicitó el
consentimiento de Turquía para el despliegue de aviones de combate israelíes en
la base aérea de Akinci, con el objetivo de asegurar una base aérea cerca al
vecino Irán, para preparar el terreno en un ataque militar contra la República
islámica, al noroeste de Ankara, a cambio de equipos militares avanzados y
tecnología, todo bajo la influencia política de Obama. El rotativo londinense
cita una fuente militar israelí no identificada por el diario indicando que, “el
uso de las bases aéreas turcas podría hacer la diferencia entre el éxito y el
fracaso, una vez que el enfrentamiento con Irán se ponga en marcha. Turquía es
nuestro mayor portaviones”, habría señalado la fuente, según el Sunday Times.
Israel y Turquía acordaron la semana pasada, compartir información de
inteligencia al más alto nivel sobre la guerra civil Siria, informa Debkafile.
Los Estados Unidos están proporcionando mayor seguridad a
Turquía mediante la reubicación de los interceptores, los misiles Patriot, desde
el oeste de Arabia Saudita y Kuwait al norte de Jordania frente a la frontera
con Siria. Esta es una señal de que la administración Obama está considerando
seriamente el peligro para sus aliados desde Siria, como más inminente que la
amenaza iraní.
El uso de armas químicas de parte de Al Assad era la clave para
una intervención militar norteamericana con los aliados. Ahora la administración
Obama se ve obligada a dar un apoyo incondicional a Israel para llevar adelante
acciones militares en los dos frentes: Siria e Irán. No hay duda que ante un
ataque a Siria, Irán reaccionará, y viceversa. Lo que queda en duda es el papel
que Rusia desempeñará, una vez en desarrollo las acciones bélicas. El Reino
Unido, Francia, Israel y Estados Unidos confirmaron que el régimen sirio ha
usado armas químicas, no masivamente como para una acción inmediata, pero es la
señal ineludible de que sí lo hará. Llega el momento en que el papel de
“mediador” de Rusia está al límite, tan al límite cuanto más cercana está una
invasión militar de una coalición occidental.
Para Israel, ir a la guerra contra Irán y Siria representa más
que tierra y agua, significa su propia existencia. Después de una eventual
campaña militar de los aliados occidentales con intervención directa para
deponer al gobierno de Al Assad, surgen las incógnitas por los precedentes que
aún se viven en Irak y Afganistán: imponer gobiernos democráticos al estilo
occidental en países islámicos, no parece ser la fórmula adecuada. Los islámicos
serán siempre islámicos en su forma de vida y su organización socio-política.
Barack Obama tiene, al parecer, raíces islámicas y no disimula su simpatía por
el islam, tal vez él pueda entender mejor a los pueblos árabes en conflicto.
Después de consolidada la intervención sobre Siria de la que no
se puede medir la complejidad de las operaciones, que nadie sabe cuánto tiempo
podrá durar, en un país en completo caos, vendrá la difícil tarea de desmontar
el caos. Son dos años de guerra civil en Siria, cuanto más pase el tiempo de una
acción militar multinacional, más difícil será estabilizar el país. Por lo
complicado del escenario interno sirio, parece ser indispensable la
participación israelí por su capacidad militar aérea, y eficaz inteligencia del
Mossad.
En cuanto a Irán, él mismo está determinando su tiempo para una
incursión militar aérea convencional por parte de Israel para destruir sus bases
nucleares. La otra posibilidad real, es que el Estado judío lance sobre Irán el
misil Jericó III, para detonar una ojiva nuclear de impulso electromagnético
(EMP), que produciría poca radiación en tierra, pero eliminaría toda la
electrónica de Irán, lo que incluiría el comando militar de Irán inutilizando
las capacidades de control de sus fuerzas armadas, y la posibilidad de lanzar
misiles balísticos en represalia del ataque preventivo israelí contra las
instalaciones nucleares de Irán.
* Periodista, analista en política internacional del Medio
Oriente
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