La Humanidad está en el inicio del periodo de la mayor actividad solar, que podría afectar a todo, desde los hospitales hasta el sector bancario, así como un apagón global y 'apagar' la comunicación satelital en cualquier momento.
NASA prevé que finales de 2013 será el momento de mayor actividad del nuevo ciclo. Aunque el riesgo se extenderá a los próximos seis años.
Así lo asegura la firma de seguros británica
Lloyd's of London, que expresó su preocupación por las posibles consecuencias
del llamado 'máximo
solar', el fenómeno que conlleva tormentas geomagnéticas y de
radiación, peligrosas para los sistemas de comunicación.
“Las tormentas solares no son ciencia
ficción, pueden afectar a todo, desde los hospitales a la banca”, advirtió Tom
Bolt, de la compañía Lloyd´s. “Como los negocios y las sociedades están más
interconectadas, el daño, producido por el clima espacial en un sector, podría
conducir a fallos en otros”, explicó.
Durante el 'máximo solar', que se
produce una vez cada 11 años, el campo magnético del Sol queda deformado
dado que la línea equinoccial gira un poco más rápido que los polos. En este
período, el Sol emite una radiación mucho más potente de lo normal y las
erupciones solares violentas ocurren más a menudo.
Para observar los efectos de este fenómeno en
la Tierra y sus consecuencias, la Agencia Espacial Europea está desarrollando
una red mundial de estaciones de monitoreo, que pueda registrar hasta las
pequeñas variaciones en señales de GPS y sea más precisa que todas las
estaciones existentes.
El Presidente del Consejo de Seguridad de las
Infraestructuras Eléctricas de EEUU, Avi Schnurr, apunta a un 100% de
probabilidad de que una tormenta de tal intensidad pueda volver a suceder antes
del 2022.
Los científicos
de la NASA prevén que finales de 2013 será el momento de mayor actividad del nuevo
ciclo. Aunque el riesgo se extenderá a los próximos seis años.
La dependencia de las sociedades modernas,
plagadas de redes de comunicación, satélites y telefonía móvil que podrían
derrumbarse, agravan las consecuencias. Así, una tormenta solar extrema
como la que se espera tendría graves consecuencias para nuestro estilo de
vida.
Existen antecedentes que hacen presagiar lo
peor. La tormenta solar más potente de la historia se produjo en 1859,
aunque sus efectos fueron limitados dado que la energía eléctrica estaba en
pañales. No obstante, las auroras boreales que provocó se pudieron
divisar desde todos los rincones del planeta.
Otras más leves, pero más cercanas en el
tiempo, ya mostraron su peligro para los servicios móviles, los GPS o las redes
eléctricas. Por ejemplo, en 1994, una tormenta solar hizo caer dos satélites de
comunicaciones durante horas, o en 1989, dejó fuera de funcionamiento durante
más de nueve horas la planta hidroeléctrica de Quebec (Canadá), causando
pérdidos de cientos de millones.
¿cuáles serían los efectos de “la tormenta solar del siglo”?
Los informes encargados por la NASA, el
Ejército de USA, el Parlamento británico o de un grupo de expertos de la
Comisión Europea creen que tras cinco días se viviría un verdadero
‘Armageddon’.
Para empezar, los accidentes aéreos y de
tráfico se multiplicarían por una serie de fallos en los sistemas de rutas, de
aterrizaje, de los semáforos y de las señalizaciones.
Los sistemas eléctricos sufrirían un derrumbe
total, dejando a las casas, las industrias, las refinerías o las plantas
químicas sin energía. De no existir protocolos de actuación, las consecuencias
de este colapso serían dramáticas. Los ascensores se convertirían así en otro
punto negro, complicando las evacuaciones y dejando a personas atrapadas.
Como quedó de manifiesto en 1859, el llamado
"EVENTO
CARRINGTON", una llamarada solar clase X40, pueden desencadenarse
además grandes incendios eléctricos simultáneos. Por si fuera poco, el
suministro de agua dejaría de funcionar más allá del nivel del suelo, pues los
sistemas de bombeo no funcionarían.
Las estaciones de servicio no podrían
suministrar combustible de igual manera. Cualquier medio de transporte, además
de un riesgo, tendría imposible repostar. Aunque poco importa, pues los cajeros
automáticos tampoco operarían. Incluso, podrían desaparecer las bases de datos
bancarias.
Con todo, serían los sistemas de comunicación
los más afectados. Teléfonos móviles, ordenadores, radios y televisiones
fallarían en cadena, dejando a la población aislada y sin información de cómo
responder al caos. Por este motivo, las autoridades de USA han lanzado ya
recomendaciones para estar preparados ante lo que se ha venido en definir como
“la tormenta solar del siglo”.
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