Científicos de la Universidad de Strathclyde (ciudad de Glasgow, Escocia) han encontrado un método más eficaz para crear un 'escudo antiasteroides' en el espacio alrededor de la Tierra para evitar posibles impactos contra el planeta.
Actualmente las investigaciones están encaminadas a crear enormes -y poco prácticas para esta misión- naves espaciales con grandes dispositivos láser en los extremos. Pero los investigadores de Glasgow han llegado a la conclusión de que sería mejor utilizar unas escuadrillas de pequeños satélites 'de combate' capaces de acompañar al asteroide y disparar simultáneamente con láseres de alta potencia desde una distancia corta. Entre las ventajas de esta idea se indica que es más fácil crear una flotilla pequeña que una gran nave y, segundo, en caso de que uno de los satélites se vea dañado por la columna de desperdicios producidos por la colisión de los rayos láser contra el suelo del asteroide, los demás podrán continuar su trabajo sin obstáculos.
El peligro sí es real. Los objetos espaciales de tamaño medio, blanco del sistema de satélites, son capaces de causar daños visibles a la Tierra. Así hace un siglo un asteroide de entre 30 y 50 metros de diámetro destruyó la vida en una área de 2.000 kilómetros en una localidad de Siberia, Tunguska. Además de combatir las piedras desde el cosmos, el proyecto británico tiene otra aplicación práctica. Los científicos esperan que sea capaz de neutralizar o bajar la órbita de la basura espacial, esos artefactos que amenazan a los dispositivos en el espacio cercano a la Tierra, por ejemplo la Estación Espacial Internacional, que recientemente logró evadir un peligroso choque de ese tipo.
Fuente: http://actualidad.rt.com
Actualmente las investigaciones están encaminadas a crear enormes -y poco prácticas para esta misión- naves espaciales con grandes dispositivos láser en los extremos. Pero los investigadores de Glasgow han llegado a la conclusión de que sería mejor utilizar unas escuadrillas de pequeños satélites 'de combate' capaces de acompañar al asteroide y disparar simultáneamente con láseres de alta potencia desde una distancia corta. Entre las ventajas de esta idea se indica que es más fácil crear una flotilla pequeña que una gran nave y, segundo, en caso de que uno de los satélites se vea dañado por la columna de desperdicios producidos por la colisión de los rayos láser contra el suelo del asteroide, los demás podrán continuar su trabajo sin obstáculos.
El peligro sí es real. Los objetos espaciales de tamaño medio, blanco del sistema de satélites, son capaces de causar daños visibles a la Tierra. Así hace un siglo un asteroide de entre 30 y 50 metros de diámetro destruyó la vida en una área de 2.000 kilómetros en una localidad de Siberia, Tunguska. Además de combatir las piedras desde el cosmos, el proyecto británico tiene otra aplicación práctica. Los científicos esperan que sea capaz de neutralizar o bajar la órbita de la basura espacial, esos artefactos que amenazan a los dispositivos en el espacio cercano a la Tierra, por ejemplo la Estación Espacial Internacional, que recientemente logró evadir un peligroso choque de ese tipo.
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